Las y los fascistas de izquierda rearman al estado español y a la OTAN para la tercera guerra mundial

Los datos hablan. Si en 2017 el gasto militar como porcentaje sobre el PIB era 1,63% en 2021 había subido a 2,17%[1]. Este incremento ha tenido lugar con Unidas Podemos en el gobierno como socio del PSOE. Además, el aumento fue incluso más elevado en 2022-2023 aunque todavía no existen cifras fiables disponibles. A tenor de numerosos datos parciales, en 2023 y, sobre todo, en lo que llevamos de 2024, su crecimiento está siendo descomunal, igual que en todos los países de la OTAN. Ahora es Sumar, el partido cuqui y posmoderno de la izquierda caviar íntimo de Los Verdes alemanes, quien está militarizando España junto con los socialistas.

Si el PSOE metió fulleramente a España en la OTAN en 1986, sus aliados de ahora están maquinando para enviar a nuestra juventud femenina[2] y masculina al campo de batalla en pocos años. En esta hórrida batahola militarista y belicista participan el resto de la izquierda cooperadora con el PSOE, es decir, Más País, ERC y Bildu.

El militarismo es una de las concreciones del fascismo. Por eso tiene fundamento calificar a Podemos de tal. Lo es además por su adhesión al estalinismo, por su estructura y por la violencia que ha ejercido y ejerce sobre críticos, disidentes y revolucionarios[3]. Es el suyo un fascismo con fraseología izquierdista, por tanto, fascismo de izquierda.

En su programa se califica de “pacifista” y, como hacen todos los autoproclamados no-violentos y antimilitaristas, combina frases “pacifistas” con actos belicistas. Cuando se produjo la invasión de Ucrania por Rusia, las jefas podemitas demandaron al Estado ruso que dirimiera sus diferencias con el Estado ucraniano por medio del “dialogo” y la “negociación”, ocultando las numerosas causas reales, todas estructurales y por tanto de colosal entidad, que empujan al imperialismo ruso a invadir Ucrania. A saber: 1) convertir a Moscú en el centro capitalino de una gran potencia imperial eurasiática; 2) apoderarse de la muy importante producción agrícola ucraniana, además de lucrarse con los impuestos extras percibidos de los trabajadores de ese país; 3) mejorar su posición estratégica de partida para la próxima guerra mundial, USA/China; 4) intimidar a todos los pueblos y países cercanos para que se vayan plegando a los brutales intereses militares, políticos y económicos del Kremlin; 5) golpear a su rival imperialista, la OTAN y la UE, arrebatándole un aliado importante; 6) cumplir el mandato que le ha dado el imperialismo chino, quien le proporciona una cuantiosa ayuda económica; 7) rusificar Ucrania, destruyendo su cultura, lengua, idiosincrasia e historia, para incorporarla a la “gran Madre Patria” rusa.

Los Estados son mafias, y demandar el “diálogo” entre ellos es ocultar su verdadera naturaleza depredadora y sanguinaria, favoreciendo no sólo su rearme sino sobre todo su existencia. Y mientras Podemos-Sumar parloteaba de “pacifismo”, iba, desde el gobierno, implementado disposiciones para rearmar al Estado español y a la OTAN.

La consigna válida es “guerra a la guerra”, llamando al pueblo ruso a luchar contra “su” Estado criminal y al pueblo ucraniano a igualmente luchar contra “su” no menos criminal Estado, para que se sumen fraternalmente las luchas de todos los pueblos en una única corriente revolucionaria mundial. La meta final no puede ser mantener la situación actual, la vigente “paz” hecha de injusticia, opresión y perfidia, sino construir una nueva sociedad sin Estados y, por ello, sin guerras entre Estados.

Para acabar con las guerras imperialistas hay que liquidar sus causas. Decir otra cosa es mentir y hacer demagogia. Puesto que los Estados son la voluntad de poder político realizado en expansión competitiva, y el capitalismo la voluntad de poder económico realizado y también en expansión competitiva, únicamente su eliminación puede garantizar la paz. En vez de Estado se necesita instaurar un sistema de democracia directa y en vez de capitalismo una economía comunal.

Sumar y Podemos, junto con Más País, ERC y Bildu son los partidos de la guerra, la OTAN, el “complejo militar-industrial” europeo y el militarismo.

La juventud masculina y femenina tiene que organizarse, reunirse y estudiar estos asuntos, para pasar a la acción y denunciar el belicismo de la izquierda españolista e “independentista”, así como del feminismo, negándose a ser incorporada al ejército español.

[1] En realidad, estos datos miden una parte reducida del presupuesto militar, que no es cuantificable en su extensión real, al estar la mayor parte de la economía del país (de este y de todos) organizada según el principio de “la seguridad nacional”, o preparación permanente para la guerra. Un desatino del pacifismo y el antimilitarismo, otro más, es tomárselos demasiado en serio, lo que equivale a admitir que el resto de la economía es no militar, civil, pacífica. Craso error.

[2] La presencia de mujeres en el rearme imperialista de Europa en formidable. Está Úrsula Von der Leyen, que desde la Comisión Europea puso en marcha en marzo de 2024 la Estrategia Industrial de Defensa, con un presupuesto de 1.500 millones de euros, lo que entusiasma a las grandes empresas capitalistas fabricantes de armas, como la alemana Rheinmetall y la francesa Thales, gigantes industriales decisivos en el “complejo militar-industrial” de la UE. Todo esto es un importante paso más hacia la guerra. No hay que olvidar a la fascista de derechas Giorgia Meloni, presidenta del gobierno italiano y militarista a lo grande, lo mismo que la izquierdista Yolanda Diaz en España y la feminazi pro pedofilia Irene Montero. El feminismo presenta a la guerra como cosa de los hombres y la testosterona, pero ahora tenemos en Europa al “feminismo imperialista”, con un buen número de mujeres con muchísimo poder echando leña al fuego. Tales, desean movilizar forzosamente e incorporar a corto-medio plazo al ejército español 175.000 mujeres, entre los 18 y 53 años. El feminismo es la guerra, igual que es el liberticidio y el Estado policial, y con ello está cavando su propia tumba. Todo esto ya fue enunciado, previsto y denunciado en el libro “Feminicidio, o autoconstrucción de la mujer”, del que soy coautor.

[3] Es mi caso, pues padecí una persecución parapolicial y omnipresente por este partido en 2013-2017, y posteriormente de forma esporádica. Por eso le denominé Partido de las Canallas Fascistas. Es para mi causa de satisfacción haber sido agredido por tan inmensa letrina politiquera, que desde su fundación es íntima de la OTAN. Ya está en ruinas, de manera que sus todopoderosos financiadores comienzan a lamentar el muchísimo dinero invertido en él para conseguir unos resultados bastante magros y decrecientes, pues se ha venido abajo con sorprendente rapidez y facilidad. Por eso, ahora los recursos del fondo de reptiles del capital y del Estado van a la extrema derecha, el conspiracionismo y los neonazis.