Publicado el texto programático de la RI, “Bases para una Revolución Integral”, en unas condiciones objetivas y subjetivas bastante peculiares a escala europea y mundial, y próximo a ser editado mi “Manual de la revolución integral comunal”, va a tener lugar el Encuentro anual RI, que difiere de los anteriores, al ser de carácter interno-organizativo.
Por todo ello, la RI tiene que dar un notable salto adelante, modificándose e incluso reinventándose. Hay que pensar con visión de futuro.
Como contribución a lo que allí se va a examinar colectivamente, establezco las cuestiones que, a mi entender, son decisivas.
Primero. Es necesario determinar si estamos en transición desde un largo periodo de estabilidad del sistema estatal y capitalista a otro de desencadenamiento de sus contradicciones, o si continuará la etapa de “prosperidad”, aunque sea a un nivel inferior. ¿Progresamos hacia una gran crisis sistémica, o no? De ser cierta la primera posibilidad, conviene determinar cuál va a ser su naturaleza y qué velocidad de avance e intensidad tendrá. Porque hemos de pensar estratégicamente, ideando un proyecto de acción para el próximo decenio.
Segundo. A fin de atraer y ganar a los sectores de avanzada de la opinión pública tenemos que dar tratamiento a los asuntos principales del presente, a aquellos que lo determinan. Fijar cuáles son estos y cuál es la posición de la RI ante ellos es de primera importancia, pues ahí está la clave.
Tercero. ¿Cuál es hoy la línea de actuación a nivel europeo y mundial del sistema de mando y dominación?, y, ¿de qué fuerzas políticas, corrientes culturales, etc., se está sirviendo y va a servirse principalmente? Ello equivale a establecer los blancos de nuestro actuar crítico.
Cuarto. Examen de las condiciones subjetivas en el presente, el grado de conciencia, la calidad de la persona y la aptitud para la acción transformadora. ¿Qué hacer para acelerar y promover la toma de conciencia de las multitudes de la modernidad tardía? ¿Serán capaces, al menos en sus sectores más maduros, de aproximarse al programa revolucionario de la RI? Ello demanda establecer el modo óptimo de explicar y comunicar.
Quinto. Estudiar las tareas a realizar para afirmar, defender, difundir y dotar de base organizativa al ideario de la RI, a sus fundamentos, principios y valores. ¿Qué hacer para llevarlos a la gente de forma múltiple, constante, variada y eficaz?
Sexto. Pertrechados con un programa bastante completo, ahora estamos en condiciones de influir de manera significativa en la opinión pública. Se trata de marcarnos esa meta, descartando otras, como ser un grupo más de los que se mueven en internet, o quedarse en la mera difusión de ideas abstractas alejados de los temas del presente, etc. Una vez que fijamos ese objetivo, iremos encontrando el modo de realizarlo paso a paso en concreto. Nuestro objetivo primero es ganar a la juventud para la revolución.
Séptimo. La disputa por la hegemonía ideológica y programática supone entrar en colisión crítica con las principales fuerzas pro sistema hoy, la extrema derecha y los neofascismos, en sus diversas variantes. El modo de organizar dicha labor crítica, en tanto que tarea cotidiana, debe fijarse. Es una tarea decisiva para los próximos años, pues cuando el sistema establecido vaya implosionando los principales asuntos de la sociedad y el individuo tienen que estar adecuadamente tratados y planteados.
Octavo. La cuestión de la comunicación y la difusión es cardinal. Hay que estudiar lo que estamos haciendo al respecto, web RI, VyR, edición de libros, etc. Necesitamos fijar unos criterios básicos de actuación en este terreno, a aplicar los próximos años.
Noveno. La RI necesita incrementar su eficacia, estableciendo normas internas de ayuda mutua y cooperación con esa finalidad. Tenemos que organizarnos como colectivo, para lograrlo. Todo ello sin perjuicio ni daño para la autonomía, iniciativa y soberanía individual de sus adheridos.
Décimo. En el inmenso caos, vacío, dolor y maremágnum que es la sociedad actual, muchas personas echan en falta un espacio colectivo desde donde vivir la resistencia al sistema, organizar su propia individualidad, aportar ideas, autoayudarse y autoprotegerse, formarse y seguir el día a día con propósitos transformadores. Esto, que hasta el presente ha existido solo de forma rudimentaria y no sistemática, se tiene que regularizar, se ha de normalizar.
En suma, ¿cuál es el sentido, el significado, y cuál es la misión de la RI?
Cuando todas las corrientes ideológicas creen en el sistema, en su bondad intrínseca, eternidad indudable y perfectibilidad ilimitada, por lo que se proponen su reforma y mejora, cada una de ellas desde sus formulaciones, la RI advierte que el orden constituido es pútrido, que marcha hacia un cataclismo sistémico y que tiene que ser eliminado por una revolución holística de la que saldrá una nueva sociedad y un nuevo ser humano.