ENTREVISTA EN DIAGONAL CANTABRIA
DIAGONAL CANTABRIA: A lo largo de La Democracia y el Triunfo del Estado hablas constantemente del proceso de deshumanización. ¿En qué consiste ese proceso?
FÉLIX RODRIGO: En este libro, la filosofía y el mundo clásicos tienen mucho peso. El pensamiento del S. XX, dejando a un lado alguna excepción, no me merece mucha confianza. Yo defino al ser humano según lo hacía la filosofía clásica, esto es, por unas cualidades que son básicamente el entendimiento, el sentimiento y la voluntad. La sociedad moderna es la puntual negación de esas tres cualidades, añadiendo una más, la sociabilidad. Y hay una razón. El ser humano de la modernidad es básicamente fuerza de trabajo, esto no lo podemos ignorar. Nosotros vivimos en las sociedades del trabajo, donde el trabajo es el centro de la vida de la gente. Y el elemento clave de la mano de obra es su docilidad, no su eficiencia o su eficacia técnica, eso es secundario. Por ello, tienen que destruir los rasgos más específicamente humanos. Si se piensa, hay conflicto, si se siente, se tiene libre albedrío o se es sociable, también. Hoy, la deshumanización se diferencia de otras épocas de la historia por la particular fuerza que tienen los aparatos de deshumanización, es decir, el Estado. Si comparamos la actual situación con la de hace trescientos años, el proceso de deshumanización ha avanzado porque los aparatos para el control de las mentes y las conductas han progresado enormemente.