Tras una gestación larga y enrevesada ya está disponible mi libro sobre la II república.
Lo ha editado Potlatch Ediciones. Tiene 556 páginas, formato grande y un precio de 25 euros (que cubre los gastos de envío por correo).
El contenido está organizado en una Presentación, dieciséis Capítulos y un Epílogo.
Es lo que dice su título, un trabajo de investigación, con una extensa y variada base empírica. Aunque carece de relación bibliográfica, para no hacer la obra más voluminosa, aporta una extensa bibliografía en las citas a pie de página, varios cientos de fuentes primarias, libros y otros textos. Mucha información decisiva, escamoteada al público por el republicanismo burgués y la historiografía progresista, está recogida indicando las fuentes.
Partes sustantivas de la obra son el análisis del «problema de España» siguiendo críticamente a Ortega, imprescindible para comprender el advenimiento de la II república y entender las causas -en la intrahistoria- de la guerra civil. La cuestión agraria ocupa bastantes páginas, en particular la lúgubre farsa de la «reforma agraria» republicana y frentepopulista. En el apartado del análisis político profundiza en el estudio institucional de la república del 14 de abril y de su Constitución. La durísima represión padecida por las clases populares debido a la acción de los gobiernos republicanos es analizada con detalle y resulta, a pesar de lo complejo de la operación, cuantificada: los datos son terribles.
Prueba la obra, con un gran volumen de información, que no fueron las clases populares las que trajeron la II república en 1931, sino que lo hicieron el ejército, la guardia civil, la gran patronal y la Iglesia (ésta luego chocó con el nuevo régimen pero inicialmente estuvo a su favor). Todo fue una astuta operación de modernización de la superestructura política para lograr un mejor dominio sobre las masas trabajadoras de la ciudad y, sobre todo, del campo.
Decisivo es el capítulo «El Frente Popular contra la revolución popular», no sólo porque muestra la naturaleza ultra-represiva y anti-revolucionaria del Frente Popular, sino sobre todo porque prueba que en la primavera de 1936 se crea una situación revolucionaria en desarrollo que no logra contener dicho Frente Popular, en el gobierno, a pesar de la mucha sangre proletaria y de la gente común que vierte, y que luego Franco reprime con mayor eficacia, ya en la guerra.
Capítulos esenciales también son el dedicado a las mujeres bajo la II república, que evidencia su naturaleza férreamente patriarcal. En otro se investiga la continuidad del colonialismo español en Marruecos con el régimen republicano, posteriormente mantenido intacto también por el Frente Popular, recalcando su naturaleza racista. En ese capítulo va incluido el análisis de la alianza entre la Falange y el clero islámico en Marruecos, que culminará con su aportación a Franco de 100.000 soldados musulmanes mercenarios, la fuerza decisiva de infantería del fascismo español en la guerra de 1936-1939. Hay un capítulo destinado al examen de la economía republicana, rigurosamente burguesa, empresarial y capitalista. Otro se ocupa de la acción de la república contra Euskal Herria, donde se expresó el rudo nacionalismo español del régimen republicano. Además, se adentra en el análisis de diversos aspectos señeros de la historia del pueblo vasco.
En suma, frente a la mitificación politiquera, embustera e irracional de la II república, mi libro se propone aportar la verdad, la verdad desnuda, sobre todo fáctica, pero en alguna cuestiones primordiales también analítica.
En aquellos años hubo tres, no dos, fuerzas en lucha: la derecha (con el añadido del fascismo), la izquierda y las clases populares, elevándose éstas últimas a potencia agente revolucionaria a partir de 1934. Yo tomo partido, estoy con las clases populares y con la revolución, contra quienes las persiguieron sañudamente, la derecha y la izquierda, ambas iguales y lo mismo en 1931-1936. Pero antes que eso, y sobre todo, estoy con la verdad histórica.
Lo dicho: hemos de poner fin a la manipulación de nuestra historia, al ocultamiento y a la mentira sobre ella.
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Mucho me temo Félix que con este libro no aportes nada sustantivo a lo que ha hecho ya Pío Moa. Moa ya hizo notar contra viento y marea el papel devastador, marrullero y genocida de las izquierdas y separatistas. Creo entrever por el video de tu libro que no escribes nada sobre el genocidio contra el clero ( Unos 6.000 religiosos masacrados con saña)¿Es así?
Por otra parte me parece que es estirar mucho el chicle, sacándote de la manga la tercera fuerza. El pueblo simplemente en la zona republicana no estaba entusiasmado con las salvajadas de la izquierda.
Hablas de Fascismo, deberías hablar con propiedad y señalar que el falangismo tiene sus peculiaridades ( el catolicismo entre ellas). Sé que has leído el estudio sobre la militancia de la falange, no eran señoritos, abarcaba a todas las clases y gremios y esta solo creció a partir de los abusos de la izquierda en los meses previos a la Guerra, este movimiento surge pues como un movimiento de defensa combativo y aguerrido.
Exageras el papel de la morisma, contrarrestada en importancia por las brigadas internacionales. No sé si mencionas el papel de los requités y la propia falange en el desarrollo de la Guerra.
En la izquierda no hubo actos heroicos en el bando nacional fueron numerosos. El pueblo español, que se sentía orgulloso de serlo, el pueblo español que se sentía orgulloso de su religión estuvo en el bando nacional y lo hizo con toda legitimidad, era imponerse o sucumbir ante la barbarie roja (modelo estalinista).
De todas maneras espero que con tu libro muchos izquierdosos y progres se caigan del guindo.
Sigue con tu labor aunque en este caso me ha parecido incompleta. Tal vez pienses que a la izquierda las verdades completas se le indigesten y que sea major hacer una labor de zapa y mina progresiva y pertinaz, si es así ánimo, hay mucha labor que hacer frente a estos fanáticos.
Bueno,creo que no sabes que Félix no se adscribe a ningún movimiento,y si bien critica a las izquierdas y al progresismo no deja de hacer lo propio contra las derechas y el fascismo de Estado,ya sea en forma de movimiento de masas o en el aparato militar.Por otra parte,Felix está a favor de la emancipación de los pueblos con cultura propia,como son el Pais Vasco y Cataluña,pero no una revolución de una burguesia que quiere acaparar más poder sino una emancipación real del pueblo como realidad distinguida de los poderosos.Lo tienes en muchas de sus charlas o debates.
Ha sido publicado ¿? por nos.
No tienes vergüenza Heriberto.
Creo que el proyecto de Félix nada tiene que ver con regeneración alguna del movimiento falangista, ni falta que hace. Franco ya cumplió con su papel destructor y genocida, aun a expensas de poner a "españa" en octavo puesto del ranking industrializador destructivista mundial.
Ni izquierdas ni derechas, revolución.