Primero, no añoremos el futuro. Con honestidad reconozcamos que la civilización occidental capitalista se encuentra como esos pueblos acorralados por excavadoras que saben que todo el tiempo que les queda son 10 ó 15 años a lo sumo, lo que tarde el progreso económico en construir la presa que los inundará. Es una evidencia, para la gran mayoría de los seres humanos, que esta civilización acabará antes que sus propias vidas. La crisis ecológica, energética y alimentaria a escala global es, científicamente, inevitable. Si hoy mismo se archiva el capitalismo y frenamos en seco nuestros modos de producción y consumo explotador –quimera donde las haya– la simple inercia después del frenazo es más que suficiente, por ejemplo, para superar las cifras irreversibles en cuanto a crisis climática. El edificio de la modernidad, progreso y la globalización no es indestructible, hace ya décadas que los sismógrafos registraron el inicio de un terremoto global que se expande imparable –como le escuché decir a Carlota Subirós– a cámara lenta.
Gustavo Duch: Panfleto para la DesCivilización
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- Publicación de la entrada:28/12/2020