Rodri es un joven amigo que me hace una entrevista en audio acerca de mi actuación personal en la Transición política del fascismo de Franco al parlamentarismo dictatorial actual, 1974 a 1978. Los acontecimientos que en ella se tratan sucedieron bastante antes de que él naciera, lo que otorga a este documento oral un particular interés para la juventud actual.
Mis respuestas tienen, intencionadamente, un tono de conversación privada e informal entre amigos. Dejo fluir los recuerdos de lo que hice en aquél tiempo con total espontaneidad, sin preparar las respuestas.
Hay dos documentos míos, escritos, que tiene como objetivo llevar a la juventud de hoy una interpretación diferente, por mucho más objetiva, de acontecimientos decisivos de nuestra historia inmediata. Uno es «La guerra civil explicada a los jóvenes ochenta años después» y el otro «A los 40 años de la muerte de Franco. La transición del franquismo al parlamentarismo, 1974-1978». Así pues, recomiendo en particular la lectura de este último para complementar el audio de Rodri. De hecho, éste se ha servido de dicho texto (entre otros varios libros y documentos, alguno de los cuales cita) para organizar sus preguntas.
Esto es, en lo principal, más autobiográfico que político. Quise explicar cómo viví aquellos broncos tiempos, en particular dónde me situé ante las mentiras primero y la traición después de la izquierda a la causa de la lucha contra la dictadura fascista de Franco. Yo, que no era nadie políticamente, sólo un trabajador como otros del cinturón industrial de Madrid en el área sur, fui paso a paso comprendiendo que los jerarcas del Partido Comunista y de sus satélites sindicales, Comisiones Obreras, tenían un pacto secreto con el franquismo para salvar a éste de la justa ira y justicia popular en la fase de sus decadencia, simplemente a cargo de puestos bien remunerados, poder y dinero. Eso fue la llamada Transición, escenificada entre el falangista Adolfo Suárez y el comunista Santiago Carrillo.
Eso significó el triunfo de quienes, en la mayoría de los casos, habían hecho muy poco o nada contra el franquismo. Es decir, fue la victoria de los cobardes y de los vendidos. Los que sí habíamos luchado y habíamos padecido, con mejor o peor ánimo pero siempre con dignidad, los rigores de la clandestinidad, las detenciones, la pérdida de empleos, el hambre, las torturas y los tiros, nos quedamos fuera de juego, convertidos, al menos en ciertos casos, en personas amargadas y solitarias, incluso psíquicamente enfermas. Yo también pasé por un estado de ánimo similar, que me duró varios años, pero luego me recuperé y aquí estoy, como se dice popularmente al pie del cañón.
Ciertos asuntos que aparecen en el audio nunca antes los había expuesto en público. Como es comprensible, he dicho algo pero me he guardado mucho más sobre mis vivencias de entonces, por pudor, por una cierta resistencia a hablar de mí mismo como persona. Llegará un día en que, si todo va bien, daré la versión completa.
Abrazos, Félix R. Mora Enero 2019