Sin lugar a dudas es la más bella escultura de desnudo que he contemplado en el arte del románico pleno

Sin lugar a dudas es la más bella escultura de desnudo que he contemplado en el arte del románico pleno. Es habitual aludir al «capitel del canon» (El sacrificio de Isaac en la portada sur de Jaca) para ensalzar la escultura clásica traslocada al periodo románico. Pero este efebo lo supera con creces. El cuidadoso tratamiento anatómico de su espalda y nalgas con un escorzo pleno de vida, movilidad y volúmenes mórbidos notablemente separados de la cesta del capitel lo hace excepcional.

Comprenderéis ahora que pasase allí un par de horas de las cuales prácticamente la mitad la dediqué a este efebo jaqués. La posición del capitel es inadecuada para su contemplación; puesto que fue diseñado como capitel de claustro para ser visto desde abajo hacia arriba. Claro que dado que se ha colocado allí para «censurarlo», es comprensible.

Así que tuve que poner a prueba todos mis recursos para lograr tomas de abajo a arriba a base de invertir el vástago del trípode y colocar la cámara cabeza abajo pegadita al suelo… Y además recurrir a mi inseparable linternita de bolsillo para «dibujar con luz» («foto-grafiar«) al juguetón efebo a fin de revelar sus delicados relieves anatómicos que el Maestro Esteban supo milagrosamente hacer brotar de la piedra.

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