El gobierno de la izquierda, supuestamente «antiimperialista», ha elevado la fiesta-basura de Halloween a evento de Estado, imponiéndola en los colegios, los medios de comunicación y la propaganda institucional. La ha hecho una fiesta «nuestra», dentro del proceso de institucionalización de lo anglosajón que padecemos, para degradarnos a seres clónicos a las órdenes del imperio senil y en descomposición por antonomasia, EEUU.
Así, nos están haciendo criaturas aculturadas, sin valores propios, sin una cosmovisión especifica. Mera copia. Sujeto serviles que, como monos, imitan lo ajeno, lo que supuestamente «funciona», lo propio del imperio yanqui en decadencia.
Los «patriotas» de la extrema derecha, siempre exaltando a «España», también se han sumado al evento etnocida, mostrando que en ellos todo, menos el fascismo vergonzante, es pura palabrería.
Los «independentistas» de baratillo de Cataluña, Euskal Herria, Galicia, etc., así mismo se sienten a gusto con la patochada. Su meta es seguir en la Unión Europea, aunque ésta se propone crear «la nación europea», con el inglés funcionarial como lengua de Estado y con el resto de las lenguas de Europa desaparecidas o en trance de ello. Para tal propósito lo de Halloween ayuda mucho…
También los pro-Rusia, o mejor, los financiados por los servicios secretos del Estado imperialista, militarista y agresor ruso, desde muchos generales españoles a los jefes conspiracionistas, celebran la festividad anglosajona, a pesar de que ésta es sinónimo de OTAN, de bases militares USA por todo el planeta (unas 800), de Pentágono, de guerra planetaria permanente.
Cuando un pueblo pierde su cultura pierde su alma.
Deja de ser él mismo para degradase a una caricatura, a una nada ridícula. Y puesto que toda lengua natural es un sistema de lengua-cultura, una vez demolida la cultura propia, la lengua ya no tiene salvación. Mucho más hoy, cuando los colegios bilingües están ya en el 70% de las horas lectivas impartidas en inglés neolengua. Eso significa que la sustitución lingüística tendrá lugar en sólo dos generaciones. Eso es genocidio cultural.
La recuperación de la cultura/culturas de los pueblos de la península Ibérica y de toda Europa es una tarea decisiva. La cultura tradicional debe transformarse en cultura propia apta para las condiciones del siglo XXI, en tanto que respuesta a los asuntos decisivos de la existencia humana y sabiduría popular autoconstruida. La basura anglosajona tiene que ser rechazada y los serviles y traidores tienen que ser criticados y denunciados, comenzando por el actual gobierno de izquierda.
