Artículo publicado en la Web de la COOPERATIVA INTEGRAL CATALANA
COOPERATIVAS INTEGRALES. HACIA UNA SOCIEDAD AUTOGESTIONADA
El ideal libertario de una sociedad organizada de un modo honesto, equitativo y justo se basa en la tradición de la cooperación.
El ser humano, como ser social que es, se ve obligado a interactuar de por vida con sus semejantes y a formar parte de algún tipo de organización social. La tradición de la cooperación se desarrolla cuando éste comprende las posibilidades que le ofrece la colaboración y la ayuda mutua, frente a su inexistencia o la competición (la lucha de todos contra todos). Cuando entiende que el bien personal y el bien común pueden (y deben) sintonizarse, que fomentar el desarrollo de las capacidades personales de los individuos dentro de un ambiente de cooperación es el mejor camino a seguir.
Incluso en las sociedades donde se han instaurado estructuras de tiranía, sometimiento y competitividad, el tejido social se ha articulado en base a las formas y relaciones de colaboración entre iguales. Éstas son las que le dan sentido a la vida de los individuos, porque son las únicas fértiles para el surgimiento y el cultivo del amor, y de otras necesidades humanas de primer orden. La misma reproducción de la especie tiene lugar a partir de la cooperación y el amor.
La cooperación se da cuando uno se entiende a sí mismo y entiende al otro desde la igualdad. Esto no es asistencialismo paternalista, no es caridad: es solidaridad, reciprocidad. Así pues, la cooperación se opone a la jerarquía, el privilegio y la concentración de poder, abrazando de este modo la organización social asamblearia, la igualdad en lo político y social, así como el colectivismo y la equidad en lo económico. También se opone a la devastación de la naturaleza y los ecosistemas, pues es una grave forma de no-cooperación con las generaciones futuras.