Text en català a baix.
Una oleada de anticatalanismo inunda los medios de comunicación/manipulación. Los “patriotas” españoles de cerveza, panchitos y banderita vociferan enardecidos, azuzados por la derecha, la extrema derecha y los neonazis. Cierto es que los españolistas de izquierdas, por un lado, y el “independentismo” españolista de Cataluña, por otro, se lo ponen muy fácil.
Tales “patriotas” están muy preocupados por la “unidad de España”, pero nada dicen de la dependencia de nuestro país del imperialismo USA, situación que servilmente estableció Franco y ha mantenido el parlamentarismo, ni de la crisis aterradora del idioma castellano por culpa del acoso del inglés, ni de la ya casi completa liquidación de lo que se llamó “cultura española”, ni del proyecto urdido por el imperialismo alemán, heredero del III Reich nazi, para convertir a la Unión Europea en “la nación europea”, un pozo donde desaparecerían España y el resto de los Estados nación en aquélla integrados… Todo eso no importa para aquéllos, sólo Cataluña y los catalanes son problema.
La izquierda española y españolista es tan partidaria de “la unidad de España” como la derecha, al defender el régimen autonómico que organiza la Constitución de 1978. Tal sistema niega la soberanía y la libertad a Cataluña, a la que convierte en territorio dominado, en país ocupado. Así las cosas, el “independentismo” catalanista de pega, maquiavélico y embustero, declaró que iba a alcanzar la independencia organizando un referéndum de autodeterminación, todo lo cual constituyó el gran timo a los catalanes conocido como “procés soberanista”. Incluso proclamaron la “república catalana”, de la que renegaron unos segundos después, en lo que fue la culminación de esa gran representación teatral que fue el citado “procés”, previamente pactado en secreto con Madrid.
En efecto, hacia 2012 la Generalitat y el catalanismo burgués estaban desprestigiados y casi sin base social por su política represiva, antisocial, procapitalista, letal para la lengua catalana y servil hacia Madrid. Los partidos catalanistas eran estructuras de funcionarios sin bases. Había que hacer algo. Así pues, los catalanistas, hasta el momento meramente autonomistas, se hacen de súbito “independentistas” y organizan una progresión hacía, supuestamente, la independencia, lo que, inicialmente, les otorga una nueva base de masas. Al final de la representación alguien tenía que ir a la cárcel para que charlotada fuera creíble y, luego, el gobierno de Madrid debía amnistiar a los “patriotas catalanes” tácitamente represaliados…
Lo cierto es que la liberación de Cataluña es imposible de alcanzar en el marco de la Unión Europea, que no desea más Estados en su seno, ni bajo el capitalismo, que se ha hecho transnacional y anhela estructuras cada vez más centralizadas y extendidas. Constituir un Estado catalán, tan ávido de impuestos como el Estado español, tan policial, violento y liberticida como éste, tampoco soluciona. El idioma catalán está en una crisis agónica precisamente por la política de la Generalitat y del “independentismo”, que avanza hacia su liquidación para instaurar en Cataluña el idioma de facto oficial y obligatorio de la Unión Europea, el inglés. La cultura catalana, no interesa apenas a nadie, casi todos la desprecian e ignoran, de manera que ya hoy no existe un modo especifico de ser persona, en tanto que catalán, una idiosincrasia, una forma de entender la vida y vivirla que sea específicamente catalana. Puesto que todas las lenguas son sistemas de lengua-cultura, la liquidación de la cultura catalana anuncia la desaparición del idioma catalán como lengua operante y viva. Con ello, Cataluña desaparece.
En efecto, los “patriotas” catalanes hacen suyo el modelo irlandés, en el cual la república irlandesa, el Estado irlandés actual, ha reducido a la lengua del pueblo de Irlanda, el gaélico, a una realidad en rápida extinción, en beneficio del inglés. El logro de la independencia de Irlanda en 1922 ha servido para incluso acelerar la liquidación del gaélico. Éste es una lengua ya irrecuperable, hablada por núcleos cada vez más pequeños, dispersos y aislados de personas. Pero irrecuperable bajo el actual régimen, aunque recuperable con una revolución popular irlandesa.
Particularmente perversos, demagógicos y malvados son dos partidos “independentistas”, ERC y la CUP, realmente empeñados en destruir Cataluña mientras se presentan como los más radicales.
La conquista de la soberanía y la libertad para Cataluña, para el pueblo catalán, es un asunto revolucionario, imposible de conseguir en el marco del actual orden político, estatista, y con él modelo económico instaurado, capitalista. Se necesita una ruptura radical, una revolución, por medio de la cual Cataluña se haga libre y construya su soberanía. Conforme al sistema de democracia directa, que es lo que propone el movimiento de la revolución integral. Con éste se conseguirá con un sistema de poder en tres niveles, el municipal, con la asamblea soberana local; el comarcal, con una asamblea integrada por los portavoces de los municipios integrados en cada comarca, y el general de Cataluña, con una asamblea formada por los portavoces designados en cada comarca. Ahí estaría también, como no, la Cataluña al norte de los Pirineos, hoy oprimida por el Estado republicano francés. Y ese sistema político de democracia directa quedaría abierto a la unificación voluntaria, mediante plebiscito, con los demás territorios de habla catalana, para formar los Países Catalanes. En este avance, el capitalismo desaparecerá, será eliminado, constituyendo una economía comunal catalana. Así, Cataluña se incorporará a la Europa de los pueblos, contraria y hostil a la actual Europa de los Estados que conforma la UE.
Todo ello es, en efecto, una revolución, una gran revolución integral. Pero es eso o la muerte de la lengua catalana y la desaparición de Cataluña, porque dicho está, los caminos fáciles no llevan lejos, lo que ha demostrado el “procés”, un camino fácil que ha culminado en una monumental farsa, en una desmovilización colosal de la gente catalana. Pero esto será superado y Cataluña sobrevivirá a los “independistas”, a los españolistas, a todos sus enemigos.
La crisis actual del “independentismo” favorece la formulación de un proyecto y una estrategia revolucionaria para lograr la soberanía y libertad de Cataluña. Quebrado aquél en los hechos, hasta el ridículo, se abren posibilidades muy buenas.
Amb el poble català. Amb Catalunya
Una onada d’anticatalanisme inunda els mitjans de comunicació-manipulació. Els «patriotes» espanyols de cervesa, panxitos i banderilla vociferen enardits, atiats per la dreta, l’extrema dreta i els neonazis. És cert que els espanyolistes d’esquerres, d’una banda, i l’independentisme espanyolista de Catalunya, de l’altra, els ho posen molt fàcil.
Aquests «patriotes» estan molt preocupats per la «unitat d’Espanya», però res no diuen de la dependència del nostre país de l’imperialisme EUA, situació que servilment va establir Franco i ha mantingut el parlamentarisme, ni de la crisi aterridora de l’idioma castellà per culpa de l’assetjament de l’anglès, ni de la ja gairebé completa liquidació del que es va anomenar «cultura espanyola», ni del projecte ordit per l’imperialisme alemany, hereu del III Reich nazi, per convertir la Unió Europea en «la nació europea», un pou on desapareixerien Espanya i la resta dels estats-nació que hi són integrats… Tot això no importa per als qui només Catalunya i els catalans són el problema.
L’esquerra espanyola i espanyolista és tan partidària de «la unitat d’Espanya», com la dreta, quan defensa el règim autonòmic que organitza la Constitució de 1978. Aquest sistema nega la sobirania i la llibertat a Catalunya, que converteix en territori dominat, en país ocupat. Així les coses, l’«independentisme» catalanista de pega, maquiavèl·lic i mentider, va declarar que assoliria la independència amb l’organització d’un referèndum d’autodeterminació; tot això va constituir una gran estafa per als catalans coneguda com a «procés sobiranista». Fins i tot van proclamar la «república catalana», de la qual van renegar uns segons després, en el que va ser la culminació d’aquesta gran representació teatral que va ser el citat «procés», prèviament pactat en secret amb Madrid.
En efecte, cap al 2012 la Generalitat i el catalanisme burgès estaven desprestigiats i gairebé sense base social per la seva política repressiva, antisocial, procapitalista, letal per a la llengua catalana i servil cap a Madrid. Els partits catalanistes eren estructures de funcionaris sense bases. Calia fer-hi alguna cosa. Així doncs, els catalanistes, fins ara merament autonomistes, es fan de sobte «independentistes» i organitzen una progressió cap a, suposadament, la independència, cosa que, inicialment, els atorga una nova base de masses. Al final de la representació algú havia d’anar a la presó perquè la xarlotada fos creïble i, després, el govern de Madrid havia d’amnistiar els «patriotes catalans» tàcitament reprimits…
La veritat és que l’alliberament de Catalunya és impossible d’assolir en el marc de la Unió Europea, que no desitja més estats al seu si, ni sota el capitalisme, que s’ha fet transnacional, i anhela estructures cada cop més centralitzades i esteses. Constituir un estat català, tan àvid d’impostos com l’estat espanyol, tan policial, violent i lliberticida com aquest, tampoc no resol res. L’idioma català està en una crisi agònica precisament per la política de la Generalitat i de l’«independentisme», que avança cap a la liquidació per a instaurar a Catalunya l’idioma de facto oficial i obligatori de la Unió Europea, l’anglès. La cultura catalana, gairebé no interessa a ningú, quasi tothom la menyspreen i ignora, de manera que avui ja no existeix una manera específica de ser persona, en tant que català, una idiosincràsia, una manera d’entendre la vida i viure-la que sigui específicament catalana. Com que totes les llengües són sistemes de llengua-cultura, la liquidació de la cultura catalana anuncia la desaparició de l’idioma català com a llengua operant i viva. Amb això, Catalunya desapareix.
En efecte, els «patriotes» catalans fan seu el model irlandès, en què la república irlandesa, l’estat irlandès actual, ha reduït la llengua del poble d’Irlanda, el gaèlic, a una realitat en ràpida extinció, en benefici de l’anglès. L’èxit de la independència d’Irlanda el 1922 ha servit fins i tot per accelerar la liquidació del gaèlic. Aquesta és una llengua ja irrecuperable, parlada per nuclis cada cop més petits, dispersos i aïllats de persones. Però irrecuperable sota el règim actual, encara que recuperable amb una revolució popular irlandesa.
Particularment perversos, demagògics i malvats són dos partits «independentistes», ERC i la CUP, realment entossudits a destruir Catalunya mentre es presenten com els més radicals.
La conquesta de la sobirania i la llibertat per a Catalunya, per al poble català, és un assumpte revolucionari, impossible d’aconseguir en el marc de l’ordre polític actual, estatista, i amb el model econòmic instaurat, capitalista. Cal una ruptura radical, una revolució, per mitjà de la qual Catalunya es faci lliure i construeixi la seva sobirania d’acord amb el sistema de democràcia directa, que és el que proposa el moviment de la revolució integral. Amb aquest s’aconseguirà amb un sistema de poder a tres nivells: el municipal, amb l’assemblea sobirana local; el comarcal, amb una assemblea integrada pels portaveus dels municipis integrats a cada comarca; i, el general de Catalunya, amb una assemblea formada pels portaveus designats a cada comarca. Aquí també hi seria, evidentment, la Catalunya al nord dels Pirineus, avui oprimida per l’Estat republicà francès. I aquest sistema polític de democràcia directa quedaria obert a la unificació voluntària, mitjançant plebiscit, amb els altres territoris de parla catalana, per formar els Països Catalans. En aquest avenç, el capitalisme desapareixerà, serà eliminat, tot constituint una economia comunal catalana. Catalunya s’incorporarà a l’Europa dels pobles, contrària i hostil a l’actual Europa dels Estats que conforma la UE.
Tot plegat és, en efecte, una revolució, una gran revolució integral. Però és això o la mort de la llengua catalana i la desaparició de Catalunya, perquè ja s’ha dit, els camins fàcils no porten lluny, cosa que ha demostrat el «procés», un camí fàcil que ha culminat en una monumental farsa, en una desmobilització colossal de la gent catalana. Però això serà superat i Catalunya sobreviurà als «independentistes», als espanyolistes, a tots els seus enemics.
La crisi actual de l’independentisme afavoreix la formulació d’un projecte i una estratègia revolucionària per aconseguir la sobirania i la llibertat de Catalunya. Trencat aquell en els fets, fins al ridícul, s’obren possibilitats molt bones.