ABDERRAMÁN III EL DÉSPOTA QUE QUEMABA LA CARA Y MATABA A NIÑAS

Disponer de traducciones fiables de textos básicos de la historiografía hispano-musulmana permite conocer verazmente al-Andalus. Es el caso de la obra más notoria del historiador Ibn Hayyan de Córdoba (987-1075), “Crónica del califa Abderramán III An-Nasir entre los años 912 y 942 (al-Muqtabis V)”, pasada del árabe por Mª Jesús Viguera y Federico Corriente.
 
Es una realista y exacta exposición del régimen del Estado Islámico andalusí en su momento de más poder, el siglo X, bajo la dictadura político-militar-religiosa del califa Abderramán III (891-961).
 
Muestra el carácter esclavista de dicha formación social, así como su naturaleza muy monetizada y mercantil, lo que es coherente con una economía en que el modo esclavista de producción tiene un gran peso. Asimismo describe su condición intolerante y policiaca, al perseguir por un lado a los musulmanes heterodoxos, los seguidores de M. Masarra y, por otro, a los cristianos que se resistían al sistema de humillación, persecución cuotidiana y violación psíquica a que les sometía el Estado andalusí. Además, resalta el altísimo nivel de violencia clasista, política, religiosa e interpersonal que padecía aquella formación social, con continuos asesinatos, rebeliones y matanzas, lo que está en consonancia con la magnificación del uso de la fuerza que caracteriza al islam. Abderramán III aparece como un dictador de una crueldad extrema, capaz de ordenar pasar a cuchillo a 500 prisioneros navarros tomados en el año 920 en la expugnación de la fortaleza de Muez, o de ejecutar en público a un buen número de sus oficiales, tras ser derrotado por las milicias concejiles de los pueblos libres del norte (leoneses, castellanos y vascos en este caso) en la decisiva batalla de Simancas, año 939. El tirano convierte a aquéllos en el chivo expiatorio de su propia cobardía e incompetencia, efectuando un acto de barbarie que Ibn Hayyan reprueba, “fue aquél un dia terrible, que espantó a la gente durante algún tiempo” afirma. Dado que no tenía más elemento de gobierno que el terror estatal (y la religión) estaba obligado a usarlo al por mayor.
 
También, relata los tormentos a que Abderramán III sometía a niños negros en su palacio, “haciéndolos perecer”, en lo que era un acto racista sádico. El racismo fue parte cardinal de la ideología y la práctica social del Estado andalusí teocrático. Al ser éste una potencia colonialista global principió la captura y trata de esclavos negros africanos, probablemente ya desde el siglo IX, lo que luego sería imitado por los portugueses y demás occidentales a partir del siglo XIV.  Recuérdese, además, que en la batalla de las Navas de Tolosa, 1212, el califa almohade actuó de manera racista con los negros de su escolta.
 
La naturaleza atrabiliaria y sádica de Abderramán III no se puede explicar principalmente por factores psicológicos. Su raíz es estructural, y está en la naturaleza misma de la sociedad andalusí, una férrea dictadura militar-policial con cobertura clerical en la cual la gente común carecía de todo derecho y garantía mientras que las minorías mandantes poseían un poder omnímodo. En ella el individuo era nada mientras que el Estado y el clero lo eran todo. Por eso se producían continuas rebeliones para conquistar la libertad, como la de Omar Ibn Afsún, el héroe popular del campesinado andaluz en lucha contra el régimen terrateniente musulmán, a la que el califato de Córdoba reprimió con furor durante muchos años, hasta aplastarla. Ibn Hayyan relata numerosos episodios de tal epopeya.
 
Su obra ofrece más datos de interés. En varias ocasiones presenta a las tierras de los pueblos libres del norte, en concreto a Euskal Herria y Castilla, como abundantes en alimentos, bien cultivadas y ricas en ganado (en una ocasión las describe como “llenas de bienes y vituallas”), lo que desmonta una de las calumnias habituales lanzadas contra aquéllos. Por el contrario, se refiere a las sequías temibles que padecía al-Andalus, causantes de miseria y sobre-mortalidad entre las depauperadas clases populares, en concreto durante los años 916, cuando “el hambre se extendió a todo al-Andalus”, 936 y 942. Ello fue consecuencia de la destrucción de los bosques, las roturaciones masivas y la desertificación que llevaba adelante la oligarquía terrateniente musulmana, con el fin de expandir las tierras de labor valiéndose del trabajo forzado, para abastecer a las megalópolis parasitarias como Córdoba y otras. Fundamentales son las alusiones sobre que el pueblo llano apoyaba a las milicias concejiles del norte, que incursionaban en al-Andalus sin que se informase a las autoridades musulmanas (“nadie las vio ni oyó”, menciona), y acerca de que las levas de reclutas andalusíes iban al combate a desgana, de “mal grado”, lo que encaja con todo lo sabido, que las enormes fuerzas militares del califato se basaban en hombres traídos de fuera, norteafricanos, negros subsaharianos y eslavos, asunto que mide el descomunal antagonismo entre dominadores y dominados, explotadores y explotados, que existía en al-Andalus.
 
Pero lo más estremecedor del texto es la cuestión de la mujer. Los harenes de la oligarquía hispano-musulmana estaban sobre todo formados por lo que Ibn Hayyan denomina “esclavas-madres”, inquietante locución que transmite el atroz estatuto legal y social que tenían entonces las mujeres, sometidas a un patriarcado de una virulencia máxima.
 
Ibn Hayyan ofrece dos testimonios escalofriantes. Cuenta que estando Abderramán III en un jardín con una de las esclavas de su harén se lanzó “sobre su rostro a besarla y morderla (sic)”, ante lo cual la esclava “torció el gesto” provocando la cólera del dictador que “mandó a los eunucos que la sujetaran y acercaran la vela al rostro, quemando y destruyendo sus encantos”, espeluznante tarea que culminaron “acabando con ella”. Imaginemos el terror que padecieron las otras 6.300 féminas integrantes del harén al enterarse de lo acaecido. Ibn Hayyan añade que en otra ocasión el califa ordenó a su verdugo personal que cortase el cuello a una niña del harén, en su presencia y sin salir de él, también por no haberse conducido sexualmente con él según deseaba, lo que el sayón hizo tras titubear, al parecerle un acto extremadamente cruel.
 
¿Quiénes eran las víctimas? Podemos hacer su retrato robot con bastante exactitud. Los emires y califas andalusíes tenían una fijación en las mujeres vascas rubias y de ojos azules, de tal manera que apresaban el mayor número posible de éstas para venderlas en los más que florecientes mercados de esclavas de las ciudades andalusíes, donde eran compradas con destino a los serrallos de los altos funcionarios, jefes militares, clérigos coránicos y terratenientes.
 
Así pues, es muy probable que las dos niñas víctimas del califa cordobés provinieran de Euskal Herria, con una edad comprendida entre los 9 y los 11 años (el islam, como es conocido, promueve legalmente la pedofilia), vírgenes por tanto, que habían sido capturadas en las numerosísimas incursiones de agresión, captura de esclavos y saqueo que el califato efectuó contra los vascones. Eran atrapadas violentamente, traumatizadas al ver a sus familiares muertos a espada, llevadas a pie al sur en marchas agotadoras, vendidas públicamente en el marcado como si fueran ganado, violadas luego una y otra vez en los harenes, castigadas físicamente por los eunucos guardianes y, en ciertas ocasiones, torturadas y asesinadas por sus propietarios.
 
Las que cita Ibn Hayyan pudieron ser esclavizadas en la devastadora entrada que las tropas califales hicieron en Álava y Navarra en los años 924 y 925, cuando según aquél “redujeron el país a cenizas”. Pero también es posible que fueran capturadas cualquier otro año, pues el califato guerreó sobre todo contra los vascos, que fueron quienes con más determinación se les opusieron. Lo cierto es que no podemos fijar una fecha exacta, ya que casi cada año organizaban aceifas, incursiones de captura de seres humanos en el norte, y en cada una de ellas se apoderaban de miles, e incluso de decenas de miles, de niñas. Los ingresos por la venta de esclavos y, sobre todo, esclavas, eran una parte sustancial de las finanzas del aberrante Estado islámico andalusí.
 
La desesperada resistencia que los pueblos libres del norte opusieron a los ejércitos musulmanes en la batalla de Simancas tenía como motivo principal poner fin a las operaciones casi anuales de captura de niñas. Allí les derrotaron por completo ocasionándoles una 80.000 bajas (entre ellas el abuelo de Ibn Hayyan), estando a un tris de coger al mismo califa, que huyó de manera poco honorable. Abderramán III enfermó de pavor con lo que le aconteció en dicha batalla y ya nunca participó en expediciones ni combates. Quien cobardemente quemaba el rostro y asesinaba a niñas no fue capaz de pelear con valentía ese día. Simancas significó el fin de la hegemonía del imperialismo musulmán en la península Ibérica. Fue un duelo entre David y Goliat (el Estado andalusí era la mayor potencia colonial europea en ese tiempo, que explotaba muy eficazmente la mitad norte del continente africano) en el que quedó vencedor el bando inicialmente más débil.
 
Todo esto conviene recordarlo ante el 2 de enero, fecha en que con la capitulación de Granada en 1492, se pone fin a la existencia del Estado islámico andalusí. En tal día ciertos grupos de islamofascistas y de fascistas de izquierda[1]organizan algaradas en esa ciudad, reclamando la vuelta al dominio teofascista del islam, esto es, el retorno al régimen liberticida, terrateniente, teocrático, esclavista, ecocida e hiperpatriarcal de al-Andalus. En esa fecha el dinero de los Saud de Arabia, que también financian a la familia Borbón, corre en abundancia por ciertos ambientes granadinos. De todo ello hay una víctima histórica y actual, las mujeres. Pero Simancas fue y será.
 
Tenemos que agradecer a ese magnífico historiador que fue Ibn Hayyan que nos permita conocer la verdad sobre al-Andalus, sin filias ni fobias. Y también una parte de la verdad sobre los pueblos libres del norte, con su régimen concejil, comunal, consuetudinario, foral, de incorporación plena de las mujeres a las tareas de la vida social y de armamento general del pueblo en las milicias populares de los concejos, que tan efectivas manifestaron ser en Simancas, batalla modélica según las normas más exigentes del arte de la guerra. Estar orgullosos de lo positivo de nuestra historia, de lo que hicimos bien y con grandeza de miras, es un elemento fundamental para construir nuestro futuro, para llevar adelante las tareas de la revolución popular.
 

[1]Es de importancia conocer que los fascistas de izquierda y los de derechas, los neo-nazis, comparten la misma interpretación, exaltadora y entusiasta, sobre al-Andalus. Unos y otros siguen al jonsista española Ignacio Olagüe, autor de textos pseudo-históricos como “La revolución islámica en Occidente” y “Les arabes n’ont jamais envahi l’Espagne”. Es significativo que los izquierdistas islamófilos citen arrobados a Olagüe, que perteneció a las JONS, al partido nazi español, a la vez que dicen luchar contra el montaje neonazi “Hogar Social Ramiro Ledesma”, cuando Ledesma y Olagüe fueron íntimos. Olagüe es uno de los muchísimos nazis que admiran al islam, comenzando por Hitler. Igual Ledesma.
 
Nota: Los comentarios podrán ser eliminados según nuestros criterios de moderación.

Esta entrada tiene 10 comentarios

  1. Anónimo

    Pues tenía razón Félix en que hay detractores de este acto.Una cosa es que los que defiendan esto sea el ejercito y otra es que no se pueda celebrar que se puso en su sitio a tan asesinos usurpadores.

  2. Anónimo

    Pues no han desmontado nada.Vamos parte por parte,¿es mentira que quemó la cara a la niña y la mató?¿es mentira que los islamistas poderosos tenian serrallos?¿es mentira que Simancas fue el principio del fin de los consquistadores ilegítimos islamicos?¿Es mentira que habia concejo abierto en el norte,que había milicias concejiles?En ese foro(meneame,que por cierto,su logotipo es una mierda,literalmente) uno dice que antes todos eran salvajes,los del norte y los del sur,pero esto es una majaderia,dado que no se juzga lo salvajes que eran en la edad media,sino lo ilegítima que fue la conquista violenta de las hordas islámicas y si ellos tuvieron la osadía de esclavizar a una parte importante de la poblacion y atemorizarla,justo es que esa población se defendiera y les aniquilara por completo.Me rio de los progres que les gusta la alianza de civilizaciones,¡qué empiecen por su casa!¡que acojan y metan en su casa a las pobres gentes del Estado islámico,que ahora tienen problemitas!¿Y qué decir de las feministas?¿Por qué no reniegan de la nacionalidad española y se convierten a la marroquí,por ejemplo?Alli no hay micromachismos,¡¡allí todo se hace a lo grande!!Aqui mira un tio el culo a una mujer y la está violentando(eso salió el otro dia en la sexta,no es broma)y en Marruecos las leyes permiten que la mujer perdone a su violador si este acepta casarse con la violentada.¡Aliaos con esa civilización y dejad de tocar las narices!
    ¿Tendrá algo que ver en esto el gang de Zaragoza?

  3. Unknown

    Si los personajes siniestros que están detrás del Gobierno EE.UU y el Vaticano y una parte de los judíos (la madre del Terrorismo) van contra los Musulmanes, es porque dejarlos sería bueno para el pueblo!!!. En el Islam Original, no "encajaría" el Capitalismo ni el Sistema… Por eso, la casta a la que pertenecen estos "creídos" se han dedicado a lo largo de los siglos, a demonizar esta religión que entró en todo el Norte de África y la Península, en solo 23 años, sin conquista ninguna… Se "absorbió" de manera natural porque era convivencial y acorde a la Naturaleza Humana. Por eso pudieron convivir Judios, Cristianos y Musulmanes solo porque gobernaban ellos en Al-Andalus. Cuando llegaron los Cristianos, modificaron la Historia como bien sabes Felix, que este caso, no pareces descontento con la manipulación y solo te fijas, a mi entender, en lo acorde a tu idea prefijada.
    Esta casta, se dedicó a ponerlos en guerra entre ellos mismos, poniendo Presidentes suyos asesinos como ellos, de UltraDerecha como Sadam Hussein y a crearles fronteras que ellos no tenían, para luego identificar al Islam con el culpable de lo que los mismos, los de siempre "siembran", a través de sus súbditos a sus ordenes.

  4. Anónimo

    Lo dirás en broma,¿verdad?Entraron de manera pacifica y sin matar ni quemar ni violar,supongo que los antiguos pobladores estarían encantados de dejarles entrar a que hicieran lo que quisieran con ellos,¿lo harías tú?Ya veríamos si despues de crear un régimen califal aquí lo verías tan bonito y tan integrador.He escuchado esa teoría hace muchos años ya y hacía bastante que no la volvía a ver y parece de broma,porque si hay alguien tan ingenuo para creer que va a dejar vivir a otras personas en su territorio,por muy buenas y muy sabias que sean…Podemos hacer la prueba contraria,a ver si es verdad que son buenos,¿nos podemos ir a establecer a sus paises nosotros?¡Pues igual se van millones de españoles en masa!Que hagan como con los pobladores norteamericanos,que nos den unos acres de tierra fertil y que tengamos un rio cerca para poder establecernos entre ellos.Nosotros a cambio les proponemos que vamos a tener una convivencia ideal entre culturas y que vamos a llevar nuestros inventos para hacerles la vida más fácil.
    Tu dirás eso,pero estoy seguro que tus antepasados,si te leyeran ahora mismo se asustarían de lo que ven.

  5. Joan Carles

    Parece que a la caverna historiografica felixista le genera una intensa satisfacción la desaparición y expulsión de la formación social andalusí,con sus comunidades rurales de aljamas y de alquerias y sus espacios irrigados de regadío creados al margen de señores de renta a manos de la expansión feudal bajo la forma de cruzada.En al-Andalus se practicaban violencias para extraer excedentes y capturar mano de obra y aplastar las revueltas y se coaccionaba a las minorias religiosas,eso es evidente,pero eso se hacia en todas las sociedades precapitalistas, donde los excedentes son extraídos mediante la coerción.Almenos el califato creado el 929 sirvió para abortar la evolución a la creación de señores de renta,tendencia que encarnaba Ibn Hafsun,representante de la feudalidad residual visigoda encaramado en Bobastro.La cristalización del feudalismo europeo suposo una agresión armada a gran escala sobre su propio campesinado en los siglos X i XI,y sobre las sociedades exteriores a éste bajo la forma de cruzadas.Félix no hace más que repetir los tópicos sobre al-Andalus de la historiografia más reaccionaria de Simonet,Menéndez Pelayo y Sánchez Albornoz.Las milicias de "pardos" de los concejos de la Extremadura castellana practicarán el saqueo y el exterminio.La Reconquista fue un genocidio.

  6. Anónimo

    Pero aún peor es la caverna mediática oficialista defensora del Estado moderno,y por ende,de los cruzados medievales que fueron a conquistar tierra santa.Comparar las cruzadas con la sociedad rural es como comparar hoy en día el aparato militar norteamericano con un granjero de Wisconsin.Parece que para tí es lo mismo una institución de poder que el pueblo y al parecer no haces distinción entre uno y otro.Claro,como dice el refrán castellano(no tengo uno sufí a mano)se cree el ladrón que todos son de su condición.Las gentes de los pueblos(hispania era una sociedad rural hasta hace muy pocos años)no son gente expoliadora,no insultes a mis antepasados.De hecho,para hacer la conquista de las Americas tuvieron que llevar a degenerados,presidiarios y toda la morralla de la sociedad porque nadie quería ir.Haz el favor de hablar con propiedad y con conocimiento de causa.Aquí a los moros,como se les dice,se les tenía pánico y creaban terror.Esto no es algo racista,sino que lo cuenta gente que ha tenido que tratar con ellos.Su cultura es diferente completamente a la nuestra,la suya odia la libertad,la nuestra la ama,hace de ella el centro de la vida.Si te parece que la Reconquista fue un genocidio y no que esas gentes tuvieran harenes es que eres un machista de lo peor.Lleva a tus familiares hembras a Marruecos y que se nacionalicen y se conviertan al Islam(si aún no lo han hecho)y luego me cuentas lo abierta que es la sociedad andalusí.Yo todavía recuerdo como un conocido contaba que en un viaje a Marruecos un patriarca musulman le cambiaba un camello y una hija suya por unas botellas de Whisky escoces.¿esa es la libertad que quieres para tu familia?Pues toda tuya.

  7. Anónimo

    A mí no me vas a convencer con tu verborrea vacua.Yo lo he vivido y he visto lo que es esa sociedad y la sociedad cristiana,con todo,es mucho mejor para la gente del pueblo que la andalusí.Yo lo he comprobado en la experiencia y contra eso lo único que consigues es pinchar en hueso.Es como intentar convencer a alguien que una espada no corta cuando le han cortado el brazo con una.Puedes ir otros foros a difundir tus ideas jacobinas,¡tienes mucha variedad donde elegir!

  8. Anónimo

    Y otra cosa,por favor,intenta no repetir lo que dicen los libros oficiales sobre el tema.Intenta investigar por tu cuenta,que aunque sea menos vistoso lo que investigues tendrá mucho más valor.No hay cosa peor que un gregario autocomplaciente.Reir las gracias al poder es muy fácil,de palmeros esta este mundo lleno,por desgracia,lo difícil es ir contracorriente.
    Yo le doy la razón a Félix cuando la tiene,cuando no la tiene se la quito y le hago ver que está equivocado.Todo el mundo erramos y como dice el refrán castellano,naide es más que naide.
    Por otra parte,yo no soy de ningún credo,¿eres tú de la caverna historiográfica del JONSista Olagüe?

  9. Ann

    El califato de Abdelrraman III no puede denominarse una teocracia donde mandan los clérigos. Es un régimen castrense que se aprovecha de lainfluencia social del clero musulman, pero siempre bajo el control del dictador.

    Abderramán III organizó su corte al estilo modo bizantino.
    Las embajadas se las encarga a un célebre médico judío —Hasday Ben Saprut— y al obispo Recemundo. Trató de nombrar juez supremo a un cristiano, pero no cuajó siu idea, posiblemente por la influencia de los alfaquíes, interpretadores dogmáticos islámicos.

Comentarios cerrados.