INICIANDO EL CONTRAGOLPE Ante el II Encuentro por la Revolución Integral

El I Encuentro, el año pasado, fue una primera toma de contacto y sirvió para conocernos, siendo un éxito. Este año, con el II Encuentro, se han de obtener nuevos avances. Intentemos irlos definiendo
 
Lo previo es establecer el estado de ánimo adecuado, que es esperanzado. En efecto, las condiciones objetivas y los estados colectivos y personales de conciencia están evolucionando de manera favorable a la idea e ideal de revolución completa. Por eso, si en los próximos años formulamos un análisis de la situación lo bastante acertado y aplicamos una línea de acción adecuada podremos conseguir logros de mucha significación. Si no acertamos dejaremos sin aprovechar una momento histórico excepcional.
 
En el ámbito de lo objetivo, los pueblos europeos, y sobre todo los de la península Ibérica, están en tránsito desde la sociedad del consumo y el hedonismo a la de la escasez y el trabajo asalariado incesante (o el paro casi perpetuo). Esto es un cambio de tendencia de trascendencia histórica, el final evolutivo del tipo de sociedad establecido en Europa occidental en los años 50 y 60 del siglo pasado. A ello se suma la mundialización (o globalización), con sus temibles efectos. No se pueden olvidar los efectos de la degradación de los suelos agrícolas, el cambio climático, la desertificación y la vida forzada en las ciudades. Hay que considerar la concentración creciente de la propiedad y la riqueza en un número cada vez menor de compañías, empresas y entidades financieras, monopolísticas de facto. Lo cierto es que la libertad está siendo negada como nunca por el mega-Estado y la gran empresa, además íntimamente enlazadas.
 
La ruptura de todos los lazos afectuosos e igualitarios entre las personas, salvo los de tipo jerárquico (especialmente, el trabajo asalariado, la educación autoritaria, el aleccionamiento mediático, la sanidad industrial y el multi-sometimiento a un aparato estatal que crece año tras año), han hecho de la soledad, la angustia y la depresión patologías en auge. La falta de sentido de la existencia, la declinación ya casi total de los valores y las normas éticas, el vivir meramente para el dinero y el vacío vivencial hacen que el sujeto medio mire desasosegado y agobiado en torno a sí, buscando.
 
La nulificación de la persona, su reducción a criatura sin libertad ni virtud, un simple cero a la izquierda en todo lo que tiene significación, despojada de las capacidades y cualidades necesarias para hacerla autónoma y soberana es otro de los rasgos definitorios del presente. Vivimos la era del crepúsculo del sujeto por causa de la hipertrofia de los poderes mandantes, cada día más despóticos. El remedio es una revolución afirmativa de la persona, como parte de la revolución integral. Su necesidad es sentida cada vez más por cada vez más gentes.
 
Llamativo es el rápido desenmascaramiento y declive de los sistemas de creencias impuestos a las multitudes desde el poder constituido, muy eficaces hasta hace poco pero ahora en retroceso. Con ellos el statu quo dominaba los estados psíquicos y las conductas de sus sometidos a través de exuberantes conjuntos de creencias obligatorias interiorizadas, pero ahora éstos ya no tienen el poder de convicción y atracción del pasado, habiéndose constituido un creciente vacío ideológico, político, espiritual y cultural, que ofrece grandes oportunidades.
 
Es la realidad misma, y también el conocimiento de nuevos datos y nuevos estudios, la que está vapuleando las fes institucionales, dejándolas en una situación crecientemente a la defensiva, y haciendo aflorar sus contradicciones internas. Ello está siendo mentalmente liberador, aunque es todavía un fenómeno inicial con un carácter aún más potencial que efectivo.
 
En el terreno de la coyuntura hemos de examinar con objetividad lo que significa la ofensiva del poder/poderes que se manifiesta en el asunto Podemos y sus aliados. El 15-M fue la primera reacción popular al tránsito de la sociedad de consumo a la sociedad de la escasez y el paro estructural. Significó una quiebra parcial de masas con el orden burgués y estatal, aunque por sus colosales deficiencias (sobre todo la debilidad del factor consciente en su seno) no podía ni lograr nada perdurable y ni siquiera tener continuidad. La respuesta del poder ha sido lanzar Podemos.
 
Sin embargo, Podemos es parte de un sistema político-ideológico que está en retirada y va de un fracaso a otro, en Venezuela, Bolivia, Irán, Brasil, Cuba, etc. pero sobre todo en Grecia. Aunque está, por el momento a la ofensiva en lo táctico su situación estratégica es de defensiva e incluso de desordenada retirada. No posee coherencia ideológica, le falta sustento teórico, tiene en su contra la experiencia histórico del último medio siglo, carece de cuadros preparados, está dividido en un buen número de facciones que disputan entre sí por poder y dinero y, sobre todo, padece el desgaste de la confrontación de sus demagogias con la realidad, una vez convertido en fuerza gobernante. Si Syriza se ha puesto en evidencia en un año Podemos lo hará en un tiempo también breve. Si el gobierno de los populistas griegos es combatido con una huelga general tras otra aquí debemos hacer eso y mucho más. Es cierto que nuestra situación no es la de Grecia pero también lo es que tiene bastante en común.
 
Los estrategas del ejército, los servicios secretos y la banca, que son quienes han creado e impuesto a Podemos, han incurrido en el error de colocar en el mismo paquete todos los elementos de que se han servido desde hace mucho para el control ideológico y político de las masas. En él están las religiones políticas al completo, el activismo socialdemócrata, los profesionales del engaño “anticapitalista”, los adoradores del Estado, los “antiimperialistas” pagados por los petrodólares del teofascismo islámico, los “independentistas” que viven del Estado español, etc.
 
Están todos, y por ello todos se irán desacreditando y hundiendo a medida que en los hechos vayan manifestando con su obrar institucional lo que son, fuerzas del capital, herramientas del Estado. Por esa senda ya han avanzado un trecho. La acumulación en el fenómeno Podemos de todos los instrumentos de la reacción nos brinda la oportunidad de golpearlos a todos a la vez, logrando sobre ellos una victoria de transcendencia y significación histórica. Con el declive inexorable de esa formación tenemos que disputar a la reacción la influencia en los sectores más avanzados, más conscientes. Tenemos la capacidad de hacerlo y estamos en condiciones de salir victoriosos de la prueba. Esto sería una victoria de efectos formidables.
 
Lo mismo se está dando en otros ámbitos. El falso espiritualismo de quienes venden misticismo de pacotilla en libros prologados por banqueros corruptos se adentra en una mala época. A quienes defienden el sinsentido de una espiritualidad sin ética ni virtud ni valores, sociales y personales, meramente egocéntrica y asocial, les tenemos que atraer  a una comprensión holística de las demandas del espíritu, en tanto que realización del todo de lo humano. Cierta fe religiosa de corte fascista conoce una puesta en evidencia sin precedente, con un número creciente de publicaciones e informaciones que la están presentando como es. La falsificación de la historia, hasta ahora casi incontestada, ya no puede realizarse con la impunidad de hace unos años. La preterición y desarticulación de la persona real, del ser humano concreto, rasgo común a todo lo institucional y a todo lo contracultural, choca con nuestra voluntad de hacer del sujeto autoconstruido, o sujeto de virtud y virtudes, el centro y fundamento del proyecto y programa revolucionario.
 
Hay una demanda de verdad y objetividad, de dejar de lado las ideologías y las teorías para ceñirse a lo documental y experiencialmente probado que, aunque por el momento es muy minoritaria, se expande y afianza. Las religiones políticas, con todo su despotismo y ferocidad, están siendo refutadas por la marcha de los acontecimientos, además de por nuestro actuar, nada desdeñable en esto. Dado que son las creencias obligatorias por excelencia del Estado y que, en consecuencia, reciben sumas muy notables de dinero junto con un respaldo institucional y mediático colosal, seguirá siendo muy dura y enconada la lucha contra ellas pero en el horizonte se anuncia ya su general descrédito y desactivación. En esto nuestra victoria es segura, y no está lejana.
 
Si llevamos el análisis del fenómeno Podemos a su causa última encontramos que tiene como principal y casi único elemento seductor el ansia de dinero, consumo y retorno a la situación del pasado inmediato, que domina a muy amplios sectores. En su pánico al futuro, éstos quieren una fuerza política que restaure la situación económica del pasado inmediato, que les prometa dinero y más dinero como don estatal. Por tanto, Podemos es expresión de la degradación de la sociedad y la persona en los años del ultra-consumo, una alucinación que la realidad irá desmontando por sí misma, lo que va a dejar libres a las personas más conscientes para pensar de una manera diferente, no burguesa, posiblemente revolucionaria. Es lo último del pasado mientras que nosotros somos el principio de futuro. El montaje mediático-político mira para atrás pero nosotros lo hacemos hacia adelante.
 
Ciertamente, ahora el cuerpo social conoce una fase de laxitud, reflujo y apatía. Del activismo multitudinario de los años 2011 a 2013 hemos pasado a una calma que tiene mucho de aparente y transitorio, pues en ella y bajo ella maduran las tormentas del futuro. Incluso esta fase, fugaz, de retirada está teniendo como efecto positivo el aventar y dispersas los restos de los viejos proletarismos decimonónicos, la pesada herencia de la Ilustración, el progresismo y el liberalismo en la versión que estos “ismos” burgueses adoptaron para poder penetrar en las masas trabajadoras.
 
Para un tiempo diferente, temible en un sentido y esperanzador en otro, se necesitan nuevas cosmovisiones, nuevos enfoques, nuevos modos de abordar el cambio holístico personal y social.
 
En el haber de quienes creemos en una transformación total suficiente se acumulan, como se ha dicho, los elementos esperanzadores. Somos muy débiles pero esta debilidad tiende a irse convirtiendo en su contrario, no sólo por nuestro obrar sino también porque ahora estamos en un bucle propulsor de signo propicio, en una fase en que la marcha de los factores objetivos tanto como de los elementos de la conciencia propenden a favorecernos.
 
Determinar en qué ha de consistir y cómo ha de ser nuestra respuesta a unas condiciones concretas crecientemente favorables es la tarea del II Encuentro.
 
Necesitamos, además, ir perfilando los rasgos definitorios del proyecto de revolución integral en tanto que tarea práctica multi-transformadora. Puesto que la libertad -como libertad de la persona y libertad de los colectivos- es el bien más preciado, buscamos hacer una revolución que realice la libertad. Y eso nos exige que nuestro actuar ahora sea una expresión concreta de hacer libre y autodeterminado, con responsabilidad, eficacia, sensatez y hermandad.
 
Si vamos dando un tratamiento desde los hechos, la experiencia y la verdad a los grandes e hiper-complejos problemas de nuestro tiempo, y si logramos que lo elaborado llegue y penetre en la sociedad, habremos dado un paso de gigantes. Para conseguirlo tenemos que pensar y actuar en positivo, considerando las construcciones y propuestas como lo principal y las criticas como lo secundario. Lo decisivo son las ideas, el desarrollo de la conciencia, el factor consciente.
 
Por encima de todo, la idea, el ideal, el propósito y la meta es la revolución. No nos contentamos con luchas y resistencias parciales, aún cuando estas son muy necesarias. No nos convencen las acciones meramente sectoriales, incluso cuando sean acertadas y positivas. No basta criticar y denunciar, también cuando se hace desde la verdad. Es inapropiado aspirar a vivir “mejor” bajo el sistema, satisfacerse con el mal menor, trapichear en las instituciones, reducirse a lo pequeño, lo corporativo, lo limitado. No procede venerar la parte y desdeñar el todo finito. Si somos seres humanos integrales tenemos que realizarnos en la totalidad, sin dejarnos reducir ni mutilar.
 
Queremos la revolución, el todo transformado, un nuevo ser humano, una nueva sociedad y un nuevo sistema de valores y metas, con un sentido nuevo de la existencia. En ese esfuerzo ímprobo y tremendo nos construimos como seres humanos de calidad, pues la valía de la persona se determina y realiza por la grandeza de sus metas.
 
 
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Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. acopalipsis

    dime algo, si tienes tiempo, gracias.

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