Es tiempo de que pasemos desde la elaboración y difusión -está ultima, por lo general, efectuada de manera simple y rudimentaria- de ideas e ideales a la fase siguiente[1], para conseguir que las unas y los otros llegue a sectores significativos de la población, se constituya el movimiento RI (Revolución Integral) como una fuerza pujante en lo asociativo y podamos desempeñar una función de importancia en la vida social. Estamos en una sociedad muerta de personas nadificadas y tenemos que adoptar formas de acción superadoras de esas dos tremendas realidades. Hoy padecemos en nuestro país una situación de desmovilización casi total, que vamos a aprovechar para tomar posiciones desde las que influir decisivamente cuando eso se convierta en su contrario, en interés, protesta y lucha[2]. No me refiero a una situación revolucionaria, algo que será bastante a largo plazo, sino a fases de crisis parcial, a medio plazo, del orden constituido, con irrupción de las clases populares en el debate público y en las calles.
Nuestra baza principal son la solidez, globalidad, verdad y coherencia del ideario y el programa que defendemos, así como su correspondencia con la realidad del siglo XXI. Eso es lo decisivo, pero al mismo tiempo es insuficiente. No basta con llevar razón, hay que encontrar el modo de que las propias ideas penetren en el cuerpo social, para que sean las clases populares, en sus sectores más avanzados, las que las realicen en la práctica. Eso es la revolución.
Para lograrlo, mis formulaciones y propuestas son las que siguen.
Uno. Realizar intervenciones públicas de manera regular, tomando como base los grandes problemas de cada momento, sean sociales, internacionales, políticos, culturales, morales, económicos, etc., para formar a quienes están ya con nosotros, llevar nuestros contenidos a la opinión pública, estimular el debate de las ideas, atraer hacia la RI a personas preocupadas por aquellas cuestiones, realizar las críticas pertinentes y, cuando se den las condiciones, exhortar a la acción combativa en plazas y calles[3].
Dos. Eso equivale a realizar análisis continuos de los principales asuntos y de la forma específica que adoptan en cada coyuntura, lo que equivale a tener una actividad interna a la RI que sea rica, regular y fuerte en el terreno del debate, el estudio, el análisis y la discusión. Esto lo tenemos que efectuar de manera metódica, regular.
Tres. No hay esfuerzo comunicativo y de difusión si quienes tienen que hacerlo no están preparados para ello, si no disponen de un caudal suficiente de ideas, argumentos, formulaciones y propuestas. Pero la acción explicativa, en todas sus manifestaciones (charlas, libros, videos, mensajes de wasap, tertulias, artículos, panfletos, etc.), se necesita un dominio básico de las materias a tratar. Eso significa que tenemos que formar a las personas para comunicar, pues comunicar es concienciar y asociar, y asociar también para que el proyecto comunicativo se multiplique de manera autogenerada[4].
Cuatro. Para realizar los tres puntos anteriores, el Manifiesto y el Manual serán decisivos, como herramientas no sólo formativas y explicativas sino además asociativas y organizativas[5]. Cuando estén editados hay que establecer un plan para difundirlos, llevar sus contenidos a la gente, estudiarlos, aplicarlos a la mejor compresión de los asuntos del momento, usarlos para las intervenciones públicas y valerse de ellos para la imprescindible confrontación de ideas, proyectos y programas con otras corrientes e individuos[6].
Cinco. Nuestra meta es crear las condiciones para lograr que todas las personas del movimiento RI, o próximas a éste, tengan unas capacidades comunicativas suficientes, una disposición activista y una mentalidad asociacionista destinada a atraer a las personas a organizarse en nuestro movimiento. De ello depende el sí o el no de la realización práctica nuestro ideario.
Seis. El movimiento RI se ha de organizar según los principios de la democracia directa. Los equipos de base serán los que tendrán lo principal de las capacidades decisorias, mientras que los de segundo o tercer nivel deberán responder ante ellos, hasta llegar a la Junta Directiva[7]. Los cargos serán anuales y rotativos, sin remuneración[8]. Las decisiones se tomarán por mayoría simple. Mientras todo el sistema se pone en marcha, ha de constituirse una Junta Directiva provisional, que cese en sus funciones cuando el conjunto de la estructura esté mínimamente constituido y activo. Habrá que redactar un Reglamento, que en tanto que estatutos, establezca la normativa interna del movimiento RI.
Siete. Iremos desarrollando entre las personas adheridas al movimiento RI una mentalidad activista y combativa.
Ocho. Dada la enorme confusión mental e intelectual existente, necesitamos de la controversia y la crítica. Esta, la mayoría de las veces, sólo pretenderá esclarecer los asuntos a través de un debate correcto, que atraiga a las personas confundidas al ideario y programa RI, provocando un mínimo de disgusto y heridas[9]. Pero en algunos casos habrá que convertir la crítica en denuncia.
Nueve. Una tarea principal de la Junta Directiva, de la provisional y de las posteriores, será el asesoramiento. apoyo y promoción de las personas y los equipos de estudio, trabajo y acción. Tal se ha de realizar para que nadie se sienta solo, perdido, sin apoyo e impotente, si desea sumarse a la acción revolucionaria. Una parte de ello es visitar a las personas y a los equipos, organizar con ellos entrevistas, sesiones de análisis de materias decisivas y similares[10]. Aquélla dará respaldo práctico a las iniciativas particulares con espíritu revolucionario que vayan surgiendo.
Diez. El movimiento RI, agrupación de individuos que desean efectuar una transformación holística de la sociedad y de ellos mismos, tiene que ser una comunidad convivencial. En ella aspiramos a que se practique la amistad, el apoyo mutuo, la afectuosidad en actos y la cooperación, como negación de la atomización y la asocialidad que impone el actual sistema. Al mismo tiempo, dado que somos seres bipartidos y que en toda comunidad humana existen conflictos (que suelen tener efectos positivos como solucionadores de problemas reales), necesitamos para su adecuado tratamiento, por un lado, un Reglamento interno apropiado, ya citado, por otro, una ética convivencial. Sobre ésta, mucho queda por hacer.
Once. Ahora, el 70% de la población, habita en ciudades, lo que requiere efectuar un esfuerzo comunicativo y asociativo especial dirigido a la población urbana. Ello puede concretarse en argüir y exponer en pro del comunal urbano y el comunal explicado a la juventud urbanita, los problemas y luchas de las clases trabajadoras industriales y de servicios, la cuestión del trabajo libre, la vida en las megalópolis y el futuro de éstas, el urbanismo, la reconversión/vaciado de las ciudades, los asuntos de la energía y los problemas de la tecnología, en tanto que cuestiones específicas.
Doce. No vamos a admitir el secuestro de la juventud por los poderes constituidos, que la han reducido a una masa social, cultural y políticamente anulada, pasiva. Vamos a constituir un grupo de trabajo sobre la juventud, para tratar sus problemas[11]. Lo mismo sobre la mujer, en lucha contra el régimen neopatriarcal actual, el Estado feminista y la ideología feminazi/SCUM[12].
Trece. Debemos formular la propuesta estratégica de ir constituyendo una situación de doble soberanía en barrios, ciudades y pueblos, una autoorganización popular que vaya quitando atribuciones a la autoridad estatal, concretada sobre todo en el ayuntamiento. Concejo abierto contra ayuntamiento, esa es la clave[13]. En cada problema social o político de peso, hay que ir erigiendo los organismos de la soberanía y libertades populares, contra las instituciones estatales vigentes. Tales organismos de soberanía popular deben ir ordenando el territorio en que operen en lo político, económico, educativo, sanitario y otros asuntos decisivos.
Catorce. La autoconstrucción del sujeto, concebido como revolución personal[14], tiene que ser objeto de tratamiento. La moralidad, tanto en su expresión social como, sobre todo, en su manifestación personal, o sistema de convicciones autoelegidas que guían la propia conducta, la vamos a ir tratando.
Quince. En los tiempos que vienen tenemos que tratar sobre lo relacionado con la supervivencia y la producción de bienes de primera necesidad, una vez que el grancapitalismo como sistema productivo se manifiesta cada vez más ineficiente, avanza el rearme y las guerras, etc.
Dieciséis. Tenemos que llevar nuestro ideario por toda Europa, Iberoamérica y Norte de África, constituyendo un grupo de acción con esta finalidad.
Diecisiete. Están en en proyecto las siguientes actuaciones: una revista mensual en la web RI. Un grupo de vídeo y audio, principalmente para fijar contenidos, así como un taller de charlas y tertulias. Segunda temporada de El Bosquejo, aunque con otros procedimientos. Una sección de producción de textos, desde libros a panfletos, poemas y artículos. Así mismo, en su momento, se constituirá una sección de activismo. Iremos teniendo más ideas concretas a ir realizando, conforme vaya expandiéndose la creatividad de todas y todos.
Dieciocho. Conviene que se sepa ampliamente que tenemos un plan de acción de objetivos dilatados y ambiciosos. Que se sepa por todas partes, para que las personas que repudian el actual estado de cosas, pero hasta el momento no sabían qué hacer, o se sentían solas e impotentes, se vayan uniendo a la RI.
[1] Conviene advertir que esta fase, a realizar ahora, sólo puede darse porque la fase anterior ha existido.
[2] Pensemos en las grandes movilizaciones populares que en los últimos tiempos ha habido o está habiendo en Chile, Cuba, Irán, China, Rusia, etc., que en algún caso han llegado al borde de lo insurreccional, y que se dan tras años de apatía, calma y sumisión.
[3] Los asuntos que han sido tratados de manera sectorializada y aislada, el Proyecto Arrendajo, el comunal, el curso de autoconstrucción personal y algún otro, tienen que ser reformulados para situarlos dentro de la estrategia y programa RI.
[4] En general, no se entiende, entre nuestra gente, la importancia de la comunicación, la explicación y la difusión. Vivimos en una sociedad que opera así, con las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) ocupando un lugar decisivo. Tenemos que insistir mucho más en esto, hasta lograr que sea comprensión y tarea de todos. Bastaría con un sistema de difusión de las ideas RI formado por varias docenas de personas que actuasen regularmente para que lográsemos una penetración grande en la sociedad, siempre que se entienda -y se realice- que comunicar es asociar y agrupar, esto es, incorporar al menos una parte de las nuevas personas contactadas a la estructura organizativa RI. Difundir y comunicar es una tarea asequible a todos y cada uno. Ahora, cuando hay en nuestro país, y en todo el mundo, un vacío enorme de propuestas e ideas, y cuando los montajes partitocráticos de diversa naturaleza realizados desde arriba en los últimos 5-8 años están “quemados”, el esfuerzo explicativo, si es entendido y realizado de forma ambiciosa y amplia, puede ser muy fructífero. El sistema actual parece fuerte, pero en realidad es débil, y sólo es fuerte por causa de nuestra debilidad.
[5] También, aunque con menor eficacia pedagógica, sirven para el aprendizaje los libros, vídeos, cursos, artículos, charlas, etc. del ámbito RI ya publicados. Lo decisivo es considerarlos como herramientas para un aprendizaje personal destinado a continuar la labor de difusión.
[6] El Manifiesto y el Manual deberán ser mejorados y actualizados cada 2-3 años.
[7] Conviene que nuestro movimiento se despersonalice e institucionalice.
[8] En nuestro ideario no existe la dualidad pueblo/Estado, sólo pueblo. Por tanto, rechazamos absolutamente estar en las instituciones, apoyar a alguno de los bloques imperialistas y medrar con la gran empresa y sus Fundaciones. Eso, en lo financiero, nos hace depender de nuestros recursos exclusivamente, tan ínfimos, lo que es garantía de nuestra independencia y probidad. Somos el único colectivo y movimiento en este país que actúa así, pues hoy la política, la comunicación y la actividad intelectual son simplemente negocios, sólo negocios. Nadie cree ya en nada, salvo en el dinero. Quienes a ello se dedican son meros mercenarios.
[9] Ahora es tiempo de poner todo lo importante en claro, disipando la confusión, que es paralizante y desmovilizadora. Luego, lograda esa meta, habrá que entrar en una nueva etapa, de acuerdos, coincidencias y alianzas, pues el proyecto RI se propone efectuar una revolución plural, con diversas fuerzas sociales, corrientes y modos de pensar, para constituir una sociedad de la libertad, en primer lugar, de la libertad de conciencia.
[10] El tiempo en que podamos utilizar los recursos de internet para funcionar y fortalecernos terminará, a medida que nuestra influencia crezca, pues entonces nos irán obstaculizando y recortando, censurando y prohibiendo, de lo que ya hay indicios. Para entonces, tenemos que tener conformado un sistema organizativo de contacto.
[11] Que el suicidio sea, desde hace años, la principal causa de muerte entre la juventud, indica que hay problemas tremendos en ella, los cuales tenemos que convertir en impulso revolucionario.
[12] El feminismo totalitario tiene problemas graves ya, a pesar de los 20.000 millones de euros que le asigna el poder. El principal es el rechazo airado que recibe de una parte creciente de la población. En este momento de decadencia relativa suya, hay que lanzar contra él golpes demoledores, en el marco de una estrategia de liberación de la mujer del control del Estado. Hoy, según lo observable, dónde está poniendo el acento la gran empresa capitalista, en sus actos comunicativos, no es en el feminismo (al que quizá de ya por demasiado cañoneado) sino en el racismo antiblanco, para culminar el genocidio europeo. Ahí tenemos que estar atentos.
[13] Hasta que la aciaga Constitución de 1812 puso fuera de la legalidad al concejo abierto, existieron en todos los territorios ibéricos un sistema de doble poder y doble soberanía en el plano municipal, y a veces en el territorial, el concejo y el rey (Estado). Ahora se trata de retornar a esa situación para, en una etapa posterior, anular la soberanía estatal, dejando solamente la asamblearia popular, lo que sería el triunfo de la revolución. O sea, vamos a desandar el camino que nos han hecho andar a la fuerza.
[14] Ya tengo disponible el Programa del Curso, de título, “El yo construye al yo. Introducción a la espiritualidad civil de Occidente”. Pronto haré propuestas específicas.