El «olvido» de que el Estado es el problema político, económico y social principal de nuestra sociedad lleva a un segundo «olvido», el de la noción y práctica de la revolución. El Estado es muchísimo más que una palabra de seis letras. Es el ejército, la policía, el aparato carcelario, los 16 ministerios, el fisco, el sistema de adoctrinamiento y el capitalismo estatal. Es, por tanto, una minoría organizada y armada para dominar y expoliar a la gran mayoría. El Estado parlamentarista no es mejor sólo un poquito diferente al Estado fascista. En todas sus formas es la negación de la libertad. Poner fin a su existencia creando un orden político autogobernada por medio de asambleas populares soberanas es la gran tarea de recuperación de la libertad. La critica de quienes hacen del Estado el remedio a todos los males, el PCE-IU por ejemplo, incluido el remedio al capitalismo, debe hacerse mostrando que no hay capitalismo sin Estado y que el Estado es el primer sostén del capital. Decisiva es la noción de revolución: contra el Estado hasta su total destrucción, por la libertad, contra el capital.
Editado por la Federación local de Madrid de CNT-AIT
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