CONTRA LAS SUPERSTICIONES

 
CONTRA LAS SUPERSTICIONES
      Comentario a las supuestas profecías mayas para el 21/12/2012
 
Una y otra vez nos encontramos con lo mismo, la credulidad que se manifiesta en tantas gentes que se creen “radicales” y “antisistema”. En su pretendida oposición al régimen de creencias del poder terminan cayendo en fes no menos trágicas y no menos embrutecedoras, en supersticiones sin fundamento, que además son presentadas, váyase a saber por qué, como “emancipadoras”.
        
La supuesta profecía del fin del mundo, producido por el impacto sobre la tierra, el próximo 21 de diciembre, del planeta Nibiru (cuya existencia nadie ha logrado mostrar hasta el presente), lo que aparece anunciado, según dicen las y los santones de turno, en el calendario maya, es una de las más seguidas por la grey de los crédulos, cándidos y bobalicones, esa gente que se lo traga todo porque no tiene respeto por la verdad, y no se propone diferenciar en cada enunciado lo cierto de lo falso.
        
Aducen que ante el racionalismo de Occidente vale todo, y que uno se ha de hundir en el irracionalismo, para ser “anti”. Pero la filosofía occidental es en gran medida irracionalismo, credulidad y mera superstición, comenzando por el racionalismo, o sea que, como sucede tantas veces, afirman lo que niegan.
        
La clave está en los criterios de verdad, en el esfuerzo de la mente pensante para encontrar qué es verdadero y qué es simple error, desacierto, falsificación o vulgar mentira. En Occidente amplios sectores de la población, a día de hoy, son manejados como un rebaño de ganado por el pensamiento “alternativo”, orientalista, indigenista, enquistado en formas de fraude y engaño que son escandalosas: de tal conglomerado forma parte dicha “profecía” del fin del mundo a fecha fija.
        
Para comenzar, hay que tener en cuenta que los mayas fueron una cultura extraordinariamente opresiva, brutal y sanguinaria. Sus elites de poder sometieron a un dominio y explotación despiadada al pueblo, que luchó con gran arrojo, durante ciertos periodos, contra sus dominadores. Los calendarios mayas no los hizo el pueblo sino los opresores del pueblo, y eso no se puede olvidar cuando escuchamos las loas fanatizadas que algunos dirigen a tales creaciones, conforme a la moda perversa de que todo lo occidental es el mal y todo lo no-occidental el bien, lo que a fin de cuentas es una posición racista.
        
En el presente los indigenismos formas parte de esa enormidad que es el “antiimperialismo”, según el cual son las oligarquías de los diversos países pobres, pero no sus pueblos, los que “luchan” contra el imperialismo. En Occidente todo ello es utilizado por el poder a fin de promover el autoodio, para mejor aculturar oprimir y destruir a los pueblos europeos.
        
Esta necia credulidad está permitiendo la proliferación de un sinnúmero de chamanes, sanadores, profetas de “lo auténtico”, redentores del género humano, videntes, “Maestros” poseedores de una sabiduría completa y absoluta o profetas de esto y de lo otro, en suma, de vivillos y mercachifles, que se lucran con sus cursos y sus mensajes, abusan de sus cándidos seguidores y ofrecen unos productos intelectuales asombrosamente falsos, simples e infantilizantes, muy dañinos y destructivos de la persona.
        
La clave de la vida humana no es la creencia sino la increencia.
        
Un sano y vigoroso escepticismo, que se pregunta el por qué de todo y desconfía de cualquier afirmación no asentada en hechos bien probados, es lo verdaderamente necesario. Hay que creer lo menos posible, para no cargar la mente con supersticiones y fes, a fin de que quede libre para pensar lo importante, aquello que nos realiza y eleva como seres humanos.
        
Todo tiene que ser probado en la experiencia y la voluntad de creer”, tal es lo que defiende, por ejemplo, el pragmatismo, esa filosofía producida y difundida por el imperialismo yanki, que es la esencia de lo preconizado por el ejército de los promotores de supersticiones, tiene que ser criticada. No hay que admitir lo que parece útil, apropiado y conveniente para el ego sino lo que es verdadero, lo que queda verificado a través del proceso experiencial/reflexivo de investigación. Lo verdadero ha de estar diferenciado de lo falso, y el esfuerzo por la verdad posible es el único ejercicio en el que la mente humana se mejora y perfecciona.
        
Los consumidores de boberías, en primer lugar, están destruyendo su capacidad reflexiva, al sustituirla por la mera admisión de todo lo que, en su frivolidad e ignorancia, les apetece creer. Sólo la voluntad de verdad, el esfuerzo por la verdad y la búsqueda de la verdad fomentan la inteligencia, mientras que la dejación de tales categorías nos rebaja a la condición de subhumanos, de seres sin cerebro, de meras nadas que las y los listillos de turno saquean sin contemplaciones.
        
Por tanto, exijamos responsabilidades a quienes llevan mucho tiempo lucrándose con la historieta del próximo 21 de diciembre. Desde el mismo día 22 hemos de ponerles en evidencia y denunciarles en público. A ellos/ellas y a todos los que en nombre de lo anti-occidental y lo anti-racional se han construido un negocio que es un escándalo, una expresión del peor conformismo y una forma de degradar aún más a una sociedad en agonía como la nuestra.
 
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Esta entrada tiene 5 comentarios

  1. Anónimo

    Hola, me gustaría saber cual es su opinión sobre el agotamiento del petróleo que tantos seguidores tiene también.

  2. Luis Cerrato

    Anónimo, no te contesté antes porque preguntabas a FRM, pero en espera de que eso acontezca, te doy un adelanto, porque es un tema importante.
    Como bien dice el autor del blog, no hay que creerse todo lo que uno escucha por ahí: hay que hacer un esfuerzo en recabar información lo más fiable posible, dejar pasar tiempo, reflexionar y madurarlo con espíritu crítico, para poder llegar a alguna conclusión más o menos certera.
    Bien, pues yo lo he hecho, y te puedo decir que todo parece indicar que es así.
    Es un tema complejo y muy técnico,
    En esencia no es un problema de agotamiento de petróleo, sino del cénit de producción: es el punto en el que la demanda no puede ser satisfecha por la oferta, algo que ha venido sucediendo en distinto campos o países productores (en EEUU sucedió en los setenta, y a partir de ese momento se convirtió en importador de crudo) pero a nivel global es un hecho insólito. Pues bien, ya ha sucedido o está próximo a suceder.
    (Me tendría que extender demasiado para poder mostrártelo. Infórmate. Pon en el buscador "Cenit del petróleo" y a partir de ahí comienza tu calvario).
    Esto en si, puede parecer irrelevante, bueno, la gasolina subirá una vez más, podrás pensar, pero en realidad es mucho más grave que esa molestia.
    El cénit es un concepto que nos advierte de un problema económico, más que geológico.
    Como sabrás, el sistema económico capitalista, el único que opera en la actualidad prácticamente en todo el mundo, está basado en la deuda y el dinero fiduciario, o sea, las economías tienen que crecer necesariamente para devolver la deuda y generar riqueza, si no entran en recesión, y si no logran salir del bache, finalmente colapsan.
    Pero es que hay una correlación absoluta entre crecimiento y PIB, y consumo de energía. Sin la disponibilidad constante de antaño, las economías basadas en una energía barata y abundante no pueden crecer.
    Como el consumo total de petróleo es más o menos del 50%, y este es insustituible, ¿qué es lo va a pasar según vaya aumentado más y más el precio al ser un bien cada vez más escaso? Algunos dicen que por encima de los 200 $ el barril, la economía mundial no lo podrá soportar. En la actualidad está en unos 110$.
    El colapso llegará a velocidades distintas, según el potencial de los distintos estados, China sigue creciendo sí, pero a menos velocidad que antes. España sin embargo ya ha comenzado su declive.
    Actualmente la AIE (Agencia Internacional de la Energía) empieza a reconocerlo, aunque estos mienten más que hablan, y maquillan los datos negativos de la extracción de crudo (el petróleo de calidad y barato de antaño) con nuevas yacimientos de sucedáneos (arenas bituminosas) mucho más costosos, menos energéticos y sobre todo, con un impacto medioambiental estremecedor.
    En un mundo finito no se puede crecer infinitamente, y estamos llegando a los límites.
    La verdad es que es un hecho que asusta, y todo parece indicar que es un gran problema del que seremos protagonistas. Ya veremos que hacen nuestros queridos Estados. Supongo que NADA, y mientras nos seguirán diciendo que es la crisis, que hay que recortar para poder crecer, o esta otra más abyecta todavía, que hay que invertir para generar empleo y bla bla, y nosotros poco a poco más míseros y embrutecidos sin comprender que es lo que realmente está sucediendo.
    Da miedo, sí, pero también hay que afrontarlo viéndolo como una oportunidad para todos los que deseamos un mundo mejor, no basado en lo material, sino en valores de libertad, democracia y espiritualidad.

    Con esto no estoy diciendo que deseé que suceda, pero vendrán más duras que maduras, y habrá mucho sufrimiento si no nos tomamos en serio este asunto de la revolución con valentía, decisión y organización.
    Un saludo.

  3. Luis Cerrato

    Efectivamente, este asunto no es baladí. Parece que últimamente el mundo está dividido entre los que están convencidos de que el sistema, a pesar de sus notables deficiencias actuales, volverá a "funcionar" (una mayoría), y los que están tan descreídos de él, que creen con furia fanática cualquier idea estrafalaria que pulula por Internet: está descubierta desde hace lustros la energía libre e inagotable (Tesla y demás), solo que no la implementan porque no les interesa, si hombre sí, no viste el otro día en tv al follonero lo que decía sobre las compañías eléctricas; el petróleo es abiótico y la tierra es hueca; el Estado es bueeeno solo que los banqueros son muy malos, entre otras cosas porque son reptilianos; tenemos un tercer ojo en no sé donde, solo que nos lo "extirparon" de chiquititos (éste me lo he inventado yo, total); en India hay un tipo muy sabio que se alimenta solo de aire; nos fumigan con los chemtrails por eso estamos tan débiles (jajaja…); la luna la han comprado los rusos porque tiene muchos minerales y Helio 3; si practicas jaichu o tsinchung, o como se diga, verás la vida de otra manera amargao que eres un amargao,… y el trabajo qué tal, ¿bien?, sí, ¡y qué no falte!

    Amigos, ¡debéis reír, mejor que llorar! De eso ya me encargo yo,… snif…

    Pero hacer un comentario mínimamente elaborado en este blog, es un acto que cae en saco roto. Una pena, porque aquí hay argumentos e ideas de mucha enjundia, pero entre que comentas y su publicación no es inmediata, lo cual hace perder la fluidez de la inmediatez, el hecho omnipresente de que el autor nunca se digna a participar o responder el mínimo necesario, y la falta total de comunicación entre los escasos participantes (quizá por las deficiencias antes mencionadas), hace que colaborar en la sección de comentarios sea de escaso interés, lo cual, insisto, es una gran pena, dada la relevancia de lo que aquí se plantea.
    Aun así, seguiré esperando los aportes del autor, siempre tan estimulantes.

    Por cierto Felix, tu "Democracia y el triunfo del Estado" era el texto que llevaba esperando toda la vida (tengo 40).
    Hace poco leí "Tiempo, historia y sublimidad en el románico rural" (vaya título más largo) mientras hacía el GR 85, una ruta de 9 días en la comarca de las Merindades, días de lluvia, frío y paisanos, y al plantar la tienda por la noche, escudriñaba sus páginas a la luz de la linterna frontal. Inolvidable.

    Un saludo amigos.

  4. Anónimo

    "En cualquier caso, con más o menos recursos naturales, más o menos fuentes energéticas, más o menos potencial demográfico, el sistema de dominación se perpetuará si la acción revolucionaria no pone fin a su existencia. Es esta intervención consciente y deseada la única capaz de liquidar sus perniciosos efectos de todo tipo, junto con su existencia, y no ningún “colapso” ni ningún “derrumbe”, soñados por los deseosos de recibir como regalo, sin tener que realizar “excesivos” esfuerzos, un nuevo orden social. Por tanto, se trata de evaluar qué vamos a hacer, mucho más que especular sobre lo que la crisis es, puede ser o nos va a proporcionar, no, desde luego, el obsequio de una nueva sociedad. Ésta, o la alcanzamos con nuestro esfuerzo persistente, reflexivo y sacrificado o jamás será una realidad.

    Quienes exageran la gravedad y velocidad de progresión de la crisis múltiple en desarrollo del actual sistema, utilizan sus jeremiadas para dificultar la preparación frente a lo que va a venir. Con su desmesura transmiten la idea de que “no hay tiempo” ya para pergeñar una visión estratégica, ni un programa integral ni un plan encaminado a lograr la extinción del orden constituido. No comprenden que la crisis del sistema, aun siendo muy real, tiene un buen número de factores contrarrestantes, que le estabilizan, en primer lugar el poder descomunal que han logrado los Estados desde mediados del siglo XX hasta hoy, por lo que la progresión de los factores de descomposición y crisis ha de ser de carácter lento, actuando, por tanto, durante siglos y que para eso hemos de prepararnos. Debemos operar en el tiempo de la historia, más que en el de la duración biólogica de la vida humana, lo que demanda la cooperación entre generaciones durante varias centurias.
    (….)” (Crisis y utopía en el siglo XXI)

    Saludos cordiales.

  5. Anónimo

    Amigos, con el propósito de no restarle la inmediatez que se exige al asunto, me permito aconsejar la lectura del libro de Félix "Crisis y utopía en el siglo XXI" editado en marzo de 2010 por maldecap (ediciones) http://es.scribd.com/doc/104282594/Crisis-y-Utopia-en-El-Siglo-XXI.

    Aunque la realidad que se analiza ha evolucionado vertiginosamente en los últimos dos años -el propio Félix comenta en alguna de sus charlas la necesidad de una actualización de este texto- la posición que se mantiene quizá podría resultar de interés para enriquecer la reflexión y el debate.
    Uno de los apartados del libro (La crisis medioambiental y de agotamiento de los recursos naturales)dice:

    “La realidad actual se hace aún más compleja por la gravedad y extensión de las disfunciones en el ámbito de lo medioambiental, que no se manifestaron en las perturbaciones económicas de 1929. Pero tales daños, la degradación de los suelos agrícolas, el avance de la desertificación, la escasez de agua, la destrucción de los bosques autóctonos, el ascenso de las plagas y enfermedades de las cosechas, el arbolado y la ganadería, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de las prácticas agrícolas y ganaderas contaminantes, destructivas e incluso devastadoras, el agotamiento del petróleo y otros sucesos similares, se manifestaran como factores fundamentales de crisis sólo paso a paso, lentamente, por lo que no puede hablarse de “colapso” del sistema. Ello nunca sucederá, pues una formación social no es ni una máquina, que súbitamente se gripa y falla, ni un organismo vivo que puede fallecer de muerta súbita.

    En las presentes circunstancias el sistema de dominación posee, por el momento, muchos elementos contrarrestantes. La fertilidad de los suelos sólo está decayendo con lentitud, y la desaparición de especies no afecta a la proliferación de las pocas docenas de ellas con interés económico. El cambio climático necesita casi un siglo para hacerse realmente perniciosos. La escasez de energía puede contrarrestarse con otro modelo de consumo de derivados del petróleo, impuesto desde el Estado, así como con la instalación de más centrales nucleares, el fomento de los biocarburantes o con la mejora de la eficiencia, hasta ahora reducida, de los parques eólicos, entre otras varias medidas posibles. La falta de agua encontrará en diversos procedimientos un paliativo de importancia, al menos durante muchos decenios. De manera que el catastrofismo ecologista y ambientalista no se asienta sobre bases creíbles. Por ejemplo, el modelo de consumo del petróleo no puede mantenerse más allá de unos pocos decenios, en efecto, pero sí otros modelos similares, pongamos por caso, a los instaurados en épocas singulares, como fueron la I y II guerra mundiales en los países contendientes, o un nuevo tipo por inventar. Lo ahora existente en ningún sentido tiene por qué ser considerado como lo que se dará en el futuro, pues si algo ha manifestado el régimen estatal-capitalista es una plasticidad y versatilidad extraordinarias que le ha permitido adecuarse a condiciones muy cambiantes con gran éxito. Han sido precisamente el izquierdismo y el “radicalismo antisistema” los que han mostrado siempre, desde hace ciento cincuenta años, en sus modos de pensar y obrar, una tendencia pasmosa al dogmatismo, la atemporalidad y el anquilosamiento, a la repetición de fórmulas inactuales y gastadas, al no ser capaces de enfrentar creativamente a las nuevas situaciones constituidas en los diversos momentos históricos….."

    Saludos cordiales.

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