Halloween, la vergüenza «NACIONAL»

  • Categoría de la entrada:Actualidad
  • Publicación de la entrada:23/10/2025

Se aproxima la fecha en que el servilismo hacia lo anglosajón y, en concreto, hacía el imperialismo yanki, parece que va a alcanzar un máximo horripilante. Veremos, si no lo evitamos, hordas (chiquititas, pues aquí ya no nace apenas nadie, por lo que hay poco personal menudo) de chiquillos y chiquillas disfrazadas de monstruos “sanguinarios” dando miedo al personal. Todo ello como copia de lo ajeno, pura aculturación rastrera, lamentable ejercicio de prosternación ante otros, no mejores que nosotros y en muchos aspectos obviamente peores.

En suma, una vergonzosa exhibición de hasta qué punto ha llegado el olvido de lo que somos, de lo que fuimos y de lo que tenemos que ser.

Pero, atención, este ejercicio de servilismo masivo anual lo exige y realiza el ministerio de Educación, que es quien hace obligatoria la “fiesta de Halloween” en los colegios. Así que es el Estado el perpetrador de esta patochada vergonzosa y lamentable. Una vez más, es el Estado. Sí, el Estado: él es el sujeto agente de tanta zafiedad y bajeza (de ésta y de otras; de esto y de otras muchas hiper-nocividades de gran alcance y extensión).

No culpemos, por tanto, a “la gente”, culpemos en primer lugar al Estado. Luego, en segundo lugar, a “la gente”, por seguir sumisamente al Estado, por permitir que éste patee y destruya nuestra cultura/s popular/es. Y, en consecuencia, nuestras lenguas, pues la truculencia Halloween es, entre otros muchos, un modo perverso, maquiavélico, sinvergüenza, de destruir nuestras lenguas e imponer el inglés funcionarial, el propio del Estado de la Unión Europea, en tanto que Estado de Estados.

Porque esta mafia política, administrativa, fiscal, policial, judicial, adoctrinadora y militar que es el ente estatal necesita la laminación de nuestra cultura popular y la aniquilación de todas (y digo todas) nuestras lenguas.

Nos ponen como ejemplo a imitar a EEUU, al imperialismo USA. Un país volcado en el militarismo y en los preparativos de una nueva guerra mundial, él y su sanguinaria agencia en Europa, la OTAN. Un país con unas desigualdades sociales colosales, en el que la pobreza afecta a cada vez más millones de personas mientras multimillonarios perversos e idiotas triunfan en los medios de comunicación, en el deporte profesional y en la farándula. Un país en el que la vida es tan horrible, tan intolerable, tan deshumanizada, que masas ingentes de personas se entregan a las drogas peores y más mortales, consideradas una forma “suave” de suicidio.

Un país totalmente aculturado y envilecido, que ha olvidado las tradiciones comunales, de democracia directa, robustamente culturales y sustantivamente revolucionarias de sus orígenes. Un país senil, sobremanera decadente, del todo agotado, patológicamente entregado a una veneración malsana del poder y del dinero, inmoral y envilecido, inculto, zafio y palurdo, una potencia imperialista en plena y definitiva putrefacción.

Tenemos que frustrar la operación aculturadora. Tenemos que hacer que les estalle en la cara. Hay que ir adelante en la defensa, desarrollo y actualización de nuestra cultura, la propia/s de los pueblos de Iberia, para ser lo que somos y vencer por lo que somos.